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Miles de paquistaníes malviven a la intemperie un año después de las inundaciones

Se cumple un año de las lluvias torrenciales que inundaron Pakistán y dejaron sin hogar a millones de personas, y los daños ocasionados aún son visibles. El país se encuentra en una situación vulnerable y en el olvido, la ayuda humanitaria es lenta y más de 800.000 familias siguen en la calle.

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Un año después de las inundaciones que devastaron Pakistán, más de dos millones de personas siguen en situación delicada, sin hogar, y sin acceso a la educación.

Las intensas lluvias torrenciales que comenzaron el 27 julio del 2010 desbordaron el caudal del Indo (el más importante del país) y varios de sus afluentes en el norte, de manera que el río, que recorre Pakistán por completo hasta el sur, se mantuvo desbocado durante todo el mes de agosto.

Las inundaciones causaron 1.750 muertos, afectaron a más de 20 millones de personas en un 20 % del territorio y fueron calificadas como la mayor catástrofe natural de la historia del país; una tragedia peor que el tsunami que en 2004 devastó el sudeste asiático.

Según datos de la ONU, a día de hoy, 5,6 millones de personas continúan en situación de inseguridad alimentaria, 6,2 millones requieren de tratamiento sanitario, mientras que 1,3 millones no tienen acceso a una educación estable y 824.000 casas permanecen totalmente destruidas y las familias que las habitaban siguen en las calles. «La gente está sufriendo; muchos no pudieron conseguir compensación en el momento adecuado y la reconstrucción se está desarrollando de manera muy lenta», afirmó a Efe el portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, Imtiaz Mohyudin.

Según esta fuente, todavía hay 2,5 millones de personas que «están viviendo a cielo abierto», en tiendas facilitadas por ONG, y aunque «la mayoría de la gente regresó a las zonas para reconstruir sus hogares», es algo que «están haciendo casi por su cuenta».

Mohyudin criticó el papel de las administraciones locales y la falta de preparación del Estado para hacer frente a los desastres.

Mantuvo que durante los últimos meses el Gobierno ha intentado que la gente se mude a zonas más seguras y deje las áreas bajas situadas en las márgenes del río, poco aconsejadas para la habitabilidad por ser las más vulnerables a las inundaciones.

Por su parte, las ONG Oxfam y Acted, describen la situación del país como «muy preocupante» en la conmemoración del primer aniversario del monzón. «Un año más tarde, las necesidades de las víctimas siguen siendo enormes», manifestó Oxfam en un informe.

De cara a cubrir las necesidades inmediatas la ONU lanzó un llamamiento para la recaudación internacional de algo menos de 1.400 millones de euros pero hasta ahora sólo ha sido cubierto el 70% del total. En la segunda fase de la reconstrucción de las zonas afectadas, se calcula que la ayuda económica necesaria es de casi 7.000 millones de euros.

Las ONG se muestran preocupadas porque son otros desastres los que requieren ahora donaciones internacionales, como el hambre en el Cuerno de África. Además, Pakistán debe hacer frente a su mala imagen entre los países occidentales desde que se conoció que Osama bin Laden había residido sus últimos años de vida en el país.

«Se debe actuar ahora»

La ayuda humanitaria que en estos momentos recibe Pakistán, «esencial» para «la reconstrucción de las zonas afectadas y para la adecuada seguridad alimentaria de las poblaciones», es «lenta», aseguró Acted.

Ambas ONG denunciaron también la insuficiente movilización del Gobierno paquistaní, considerado «muy corrupto» y que ya el año pasado fue muy criticado por no haber sabido responder correctamente a la situación de emergencia. La aparente debilidad de las autoridades civiles contrastó entonces con un papel más activo del siempre activo Ejército paquistaní, que desplegó miles de efectivos en las zonas damnificadas para gestionar, a menudo directamente, la ayuda a los afectados que fue proporcionada en gran parte por la comunidad internacional y las ONG.

«Pakistán debe actuar ahora» e «invertir en medidas que reduzcan el impacto de los desastres» para «salvar vidas y salvaguardar los progresos del desarrollo en el futuro», indicó Neva Khan, director de Oxfam en Pakistán.

Oxfam lamenta que «la mayor parte del país no está cubierto por un sistema de alerta temprana de inundaciones ni por infraestructuras de protección», como presas, muros o canales de desvío de aguas.

Sin estos dispositivos, entre 2 y 5 millones de personas podrían verse amenazadas en caso de nuevas inundaciones, según la ONG.

Por eso, reclama al Gobierno de Islamabad la inversión de poco más de 19 millones de euros en mejorar su sistema de prevención de desastres, tal y como recomendó el Banco Mundial en noviembre. «El país se lo puede permitir: destina más (22.500.000 millones de euros) a cubrir los gastos de sus parlamentarios durante dos años», afirmó Oxfam.

«La administración local no hizo nada para protegernos, y no hará nada. Nosotros mismos nos apoyamos, y todas las comunidades deben hacer lo mismo», explicó a AFP Kaniz Mai, un agricultor de Muzzafargarh.

El pronóstico parece augurar, al menos por el momento, un verano tranquilo, con lluvias intensas pero que no causarán importantes inundaciones. «De acuerdo con nuestras previsiones no hay una situación parecida a la del año pasado», argumentó el jefe del departamento meteorológico de Pakistán, Arif Mehmood.

En 2011, las autoridades prevén un monzón conforme a la media de otros años. «El nivel del río es normal, y no anticipamos ninguna inundación en los próximos 15 días», señaló el Servicio Meteorológico Nacional.

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