No es todavía el momento de extraer conclusiones definitivas, a falta aún de tres semanas para que comience la Liga, con otros cuatro amistosos por delante y a la espera de los últimos retoques, pero la media docena de bolos que ha disputado ya Osasuna ofrecen algunos apuntes de lo que puede ser el nuevo proyecto rojillo. Por ejemplo, que los contados días soleados del mes de julio parecen haber bastado para calentar la pólvora del equipo.

Los navarros sólo se han quedado sin marcar en uno de los seis compromisos que han disputado hasta ahora, el que les enfrentó al Real Unión en el triangular que disputaron hace una semana en Irun. El resto de rivales -Logroñés, Eibar, Betis, Lazio y Chievo Verona- se ha visto afectado por la puntería osasunista. Teniendo en cuenta la necesidad que habitualmente tienen los delanteros de sentirse en racha, aun en este tipo de compromisos, la mejor noticia es que la mitad de los ocho goles anotados por los rojillos han llevado la firma de dos arietes; la peor, que los otros dos todavía no han mojado.

Curiosamente, uno de los que todavía no ha visto puerta es Kike Sola, que la temporada pasada agradeció la confianza proporcionada por José Luis Mendilibar protagonizando un final de campaña espectacular, que incluso le permitió acabarla como el máximo goleador del equipo con siete dianas. Y que invita a pensar que tiene una plaza asegurada en el once que estrene la nueva temporada frente al Valencia.

Su más directo rival para hacerse con el puesto, siempre y cuando Mendi no apueste por un ataque bicéfalo teniendo en cuenta que se trata de dos arietes de características bien diferentes debería ser Nino. El andaluz es un hombre de garantías, como demuestran los 167 goles -aunque sólo 15 hayan sido en Primera- que ha celebrado desde que debutara en el fútbol profesional hace doce temporadas. Los dos que ha firmado con Osasuna este verano invitan a pensar que mantiene el olfato a punto.

Aunque también ha marcado dos, bastante más tiene por demostrar Dejan Lekic en la que será su segunda temporada en Iruñea. En la primera, ni tuvo demasidas oportunidades, ni las acabó de aprovechar. A no ser que ese par de dianas que ha anotado crezca de forma exponencial en los próximos bolos, será el tercer delantero de Mendilibar. O el cuarto, aunque Ibrahima ofrece aún más incógnitas que el balcánico. No tanto porque el joven futbolista excolchonero sea otro que tampoco ha mojado aún como rojillo, sino porque una lesión provocó el año pasado que las expectativas creadas en torno a sus posibilidades de futuro sigan esperando confirmación.

De todos modos, y como es lógico, la responsabilidad goleadora no recaerá exclusivamente en ellos. Así que quizá también haya que interpretar como una buena noticia que la mitad de los goles veraniegos haya llegado desde otras líneas, teniendo en cuenta que el equipo ha perdido a buena parte de los jugadores que contribuyeron a sumar puntos con goles -Monreal, Camuñas, Nelson, Soriano y los dos delanteros de referencia Pandiani y Aranda anotaron un tercio de las dianas del equipo- la pasada campaña. Lo cierto es que entre unos y otros están consiguiendo que la pretemporada haya convertido en protagonista a un aspecto que no acostumbra a serlo en Osasuna, la puntería.

Dobles sesiones

Volverá a ponerse a prueba el jueves, con el bolo ante el Varese. Hasta entonces, Osasuna se preparará en Veronello, a doble sesión de entrenamiento por día. Como la de ayer, que supuso el regreso al trabajo y de la que sólo se ausentaron los lesionados Masoud y Damià.