Las bolsas apenas disfrutaron del agónico acuerdo entre demócratas y republicanos de EEUU para aumentar el techo de gasto. Tan sólo a primeras horas, esta decisión animó levemente a los inversores, que entrevieron la posibilidad de una vuelta atrás después de despejarse una de las incógnitas de las últimas semanas. Sin embargo, los expertos han visto en este frágil acuerdo y en las propias dificultades encontradas en su elaboración argumentos suficientes para que las agencias de calificación crediticia estudien una rebaja en el ráting. Los mercados no se apartaron tampoco de esta percepción y lo reflejaron con fuertes descuentos. Estas ventas se apoyaron, además, en el enfriamiento del crecimiento de China y la debilidad del sector manufacturero de Estados Unidos, que en julio, con 50,9 puntos, registró el ritmo de expansión más bajo en dos años. Así las cosas, el Ibex se hundió un 3,24%, su mayor descenso desde junio de 2010, para cerrar en 9.318,20 puntos. En el resto de Europa, excepto Milán (-3,87%), el destrozo fue menor. Fráncfort bajó un 2,86%, París, un 2,27%, y Londres, un 0,70%. En el Ibex, todos acabaron en rojo. Hasta 19 valores cedieron más de un 3%. Entre los más castigados, sobresalieron Acciona (-6,57%), Popular (-5,04%) y OHL (-4,80%). Los pesos pesados también fueron arrollados: BBVA cayó un 4,75%; Santander, un 3,45%; y Repsol, un 3,06%. En París, con todos los valores a la baja, el peor fue Veolia Environnement (-5,28%). Hasta 14 firmas restaron más de un 3%. Société Générale, BNP Paribas y Crédit Agricole se encontraron dentro de ese grupo.

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