Aumentar su visibilidad ante la sociedad donostiarra y guipuzcoana, y convertir en «invisible» su portería para las jugadoras rivales, son en resumen los objetivos que se marca Bera Bera de cara a la próxima temporada.

La plantilla donostiarra, dirigida por Reyes Carrere, iniciaba la pretemporada ayer en Bidebieta con 14 jugadoras senior y dos juveniles, entre ellas tres nuevas incorporaciones. Una de ellas -Eli Pinedo- vuelve al equipo en el que ya militó durante cuatro temporadas (2000-2004) tras un intenso periplo que le llevó a Valencia y Sagunto primero, luego al Itxako, y la pasada temporada al Odense danés.

Las otras dos novedades certifican la apuesta que pretende realizar el equipo la próxima temporada: reducir el número de goles encajados -sobre todo fuera de casa-, que fue el aspecto en que se mostró más vulnerable la pasada campaña. Para contribuir a ello han llegado dos porteras, la brasileña Darly Zoqby -que también había jugado anteriormente en el Bera Bera durante tres temporadas, entre 2003 y 2006-, y la canaria Yamiley Rodríguez, procedente del Gijón, club con el que consiguió el ascenso a División de Honor hace unos meses.

En opinión de su entrenadora, el total de goles encajados la última Liga (un total de 714, una media de 27,5 por partido, que ascendió a 29 de media fuera de casa) fue un factor determinante en el balance final del Bera Bera (14 victorias, dos empates -ambos fuera- y 10 derrotas -7 en cancha contraria-), y de ahí que se proponga como objetivo reducir los goles encajados, aunque ello significara mermar un poco su potencial goleador. Las dos nuevas porteras, de gran envergadura física, pueden contribuir a ello de forma crucial, con la colaboracion de su defensa.

Aunque la plantilla se da casi por cerrada, Carrere no descartaba completamente la llegada de una última jugadora para el puesto de pivote. El hueco dejado por la marcha de Zulai Agirre al Itxako no tiene fácil solución, aunque Reyes Carrere subrayó que sólo incorporarían a una nueva jugadora si se ajustaba a las características que buscan, y de no ser así acudirían a su propia cantera.

Y el equilibrio económico

El otro objetivo se encuentra fuera de la cancha, pero no es menos importante. Las exigencias económicas de un club de este nivel, que volverá a jugar en Europa esta temporada (la primera eliminatoria en noviembre ante el Antwerpen belga), y por modestas que sean -como es el caso del Bera Bera- constituyen un quebradero de cabeza continuo. Además, los cambios en los gobiernos de la Diputación y el Ayuntamiento donostiarra les han afectado por partida doble, y la incertidumbre que viven en este momento respecto a las subvenciones institucionales les mantienen en vilo.

De ahí que pretendan, una vez más, poner en valor su esfuerzo y el de sus jugadoras, volver a invitar a las personas aficionadas al balonmano a acercarse al pabellón a ver sus partidos -para que puedan agradarles con su juego y alimenten sus ganas de volver -, y en general darse a conocer para poder recabar los apoyos que necesitan para seguir jugando. Lo cierto es que merece la pena.