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El ariete, menos protagonista

La «Llorentedependencia» toca a su fin con el estilo Bielsa

El riojano, con la previsión de menos balones al área, deberá apremiarse en el control de cada balón y afinar su puntería cara al gol.

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Joseba VIVANCO

Justo cuando vuelve a escuchar cantos de sirena desde su próximo rival, el Tottenham, muchos en el Botxo se preguntan cuál va ser el papel de Fernando Llorente en esta próxima temporada, toda vez que el estilo que Marcelo Bielsa pretende inculcar a su equipo parece destinado a restar el absoluto protagonismo que el de Rincón de Soto -por cierto, localidad de origen también de la nueva perla realista y flamante campeón europeo sub 19, Rubén Pardo- gozaba con el sistema de Joaquín Caparrós. Contra el Catania, se vio a un Llorente al que le tocó ser el primero en presionar arriba y tampoco fue el destinatario casi único de los balones de sus compañeros.

Ha sido un verano tranquilo para el cotizado delantero, con los diarios deportivos madrileños echando la red en otros caladeros. Parecía claro desde el principio que Llorente iba a seguir ligado a la disciplina rojiblanca en la nueva temporada. Sin embargo, mientras otros jugadores -incluso abanderados del futuro como Javi Martínez- prorrogaban sus contratos, el ariete se resistía a firmar. «No tengo prisa ni me preocupa», ha insistido a cada pregunta.

Su horizonte con el Athletic acaba en 2013, con lo que son muchos los aficionados que ven en la campaña en ciernes como la última del goleador rojiblanco en la Catedral; sobre todo, por sus no ocultadas ansias de progresar futbolísticamente y de ganar títulos.

¿Quiere renovar?, le preguntaron el mes pasado en una entrevista. «Depende. Son cosas que hay que hablar y tenemos que reunirnos. Ya se verá lo que pasa». Siguiente cuestión que le trasladó el periodista: ¿Retirarse en el Athletic? Su respuesta fue: «No lo sé. No lo puedo decir porque sí que me gustaría vivir más cosas». Blanco y en botella.

Al igual que San José en la zaga y Javi Martínez en el mediocampo, Llorente fue una vez más el jugador referencia para la delantera rojiblanca el pasado curso. Fue el tercer jugador en minutos de la plantilla por detrás de Iraizoz e Iraola, y sumó 18 tantos, aunque sólo tres en los doce partidos finales, donde llegó con la lengua fuera según ha reconocido. Es el jugador que más remata de cabeza en la Liga, pero claro, en el equipo que más centros manda al área. Pero tampoco sus porcentajes de acierto son para aplaudir, pues fue el segundo hombre de la Liga que más balones envió fuera del marco.

Los retos de Llorente

Está claro que con el sistema Bielsa le llegarán muchos menos balones por arriba; que deberá apremiarse en el control por abajo máxime cuando tampoco en el cuerpo a cuerpo suele salir muy victorioso -el jugador de Primera que más balones perdió la pasada campaña y el segundo que más faltas cometió-; que deberá castigarse mucho más en la presión y eso en una temporada de tres competiciones y en la que hay Eurocopa de premio -la pasada campaña ha admitido que acabó fundido y que para nada quiere terminar igual-; y que deberá afinar mucho más su puntería si quiere, como ha dicho, superar su récord de 23 goles en una temporada.

No cabe duda de que para el de Rincón de Soto es una campaña ilusionante, donde quiere remachar el salto cualitativo dado en la pasada, y mantener su prestigio entre los grandes clubes europeos.

Probablemente, de su compromiso con el nuevo proyecto Bielsa dependerá su papel protagonista este curso, máxime cuando el técnico argentino es especialista en sacar lo mejor de cada jugador. Quién sabe si con la mente puesta en revalorizarse para ese cambio de aires y con el horizonte situado en esa competida lista de Del Bosque para la Eurocopa de 2012, el riojano se salga esta temporada, justo en la que parece no habrá `Llorentedependencia'. Pero todo eso implica contar con otro `9' este año, y con Aduriz casi imposible... ¿alguna sugerencia?

Dejad que los niños se acerquen a mí...

``El niño Marcelo'', así le llamaban en la casa de los Bielsa en los tiempos en que hacía novillos en sus prácticas de piano o inglés para darle a la pelota con su hermano en el jardín, cuando no a él en la cabeza por la disputa de algún gol que entendía ilegal. El singular técnico del Athletic dejó claro desde el primer día que pisó Lezama que siente una especial debilidad por los más pequeños. Es, probablemente, el único momento de su exposición pública en que el discreto y hermético técnico argentino se despoja de esa fachada y muestra una de esas facetas intimistas de las que es tan celoso. Lo demostró con el pequeño Hasier, aquel chaval del Indautxu que le pidió un autógrafo y al que paseó de la mano por el campo de entrenamiento. «Es un acto demagógico que realizo en todos los equipos a los que voy», respondió sobre aquella anécdota. Y lo que parecía una broma, resulta que es algo cierto. Ya lo hizo durante un entrenamiento con Chile, cuando antes de acceder al complejo deportivo, se topó con un niño en la calle, al que conocía de la zona, y le invitó a pasar. Luego, el chaval salió con una bolsa que mostró a los periodistas: era una pelota con la firma del Bielsa. ¿Que le dijo?, le interrogaron, y el niño contestó lo mismo que Hasier en Lezama: «Que no haga declaraciones...».

Así es el rosarino, capaz de irse a visitar a los niños de barriadas pobres o inmersas en la delincuencia en El Salvador o mostrarse entrañable como Jekill con un chaval tras el partido en Zornotza, después de dos horas de comportarse como Hyde en el banquillo. Una vez, como técnico chileno, acudía a un partido a ver a Alexis Sánchez -el fichaje del Barça-, y por el camino se topó con dos chicos de la calle a los que regaló sus dos entradas, con lo que al llegar al campo, no pudo entrar y se tuvo que volver a casa. El Loco se ha ganado ya a la chavalería rojiblanca. J.V.

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