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El acoso israelí fuerza a los menores palestinos a declararse culpables

Más de 800 niños han sido procesados en cinco años por lanzar piedras a israelíes. Sólo uno ha sido absuelto. La razón es que declararse culpables en un acuerdo con la Fiscalía militar permite a los menores estar en prisión menos tiempo que si esperan su juicio.

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Sólo un menor palestino, de los 853 procesados por lanzamiento de piedras a israelíes, ha sido absuelto en el período 2005-2010, una anomalía jurídica que denuncia la ONG Betselem, una organización israelí que vela por los derechos humanos de los palestinos en los territorios ocupados.

Según un informe de la organización, menos el caso de ese menor, el resto fueron declarados culpables en un acuerdo fuera de tribunales entre la Fiscalía militar y el acusado.

La razón de ese altísimo porcentaje de culpables se debe a la presión a la que se ven sometidos los menores y sus familias, y al hecho de que si no se declaran culpables y siguen adelante con el proceso judicial pasarán, muchas veces, más tiempo en la cárcel de lo que contempla la posible condena para esos casos.

De los 853 expedientes llegados a la Fiscalía, 34 correpondían a menores con edades entre 12 y 13 años; 255, entre 14 y 15; y el resto de 16 a 17 años.

El lanzamiento de piedras por menores palestinos ha sido desde siempre una práctica común de protesta contra la ocupación israelí, y por la que pueden llegar a cumplir varios meses de cárcel.

El 60% de los menores entre 12 y 13 años fueron condenados a penas de entre varios días a dos meses pero, en el caso de haber elegido ser juzgados, podrían haber permanecido durante varios meses en prisión porque el delito establece la detención hasta el final del proceso.

Debido a que el juicio suele tardar mucho más que la condena por lanzar piedras, los menores se declaran culpables casi inmediatamente para salir antes, en una práctica anómala y que viola los derechos de esos menores, denuncia Betselem en su informe.

El documento de Betselem, recogido por Efe, se basa en información de la oficina del Portavoz del Ejército israelí, y analiza la situación de los menores palestinos que son arrestados y procesados por arrojar piedras contra civiles y militares israelíes, pero no los casos de sospecha por otros delitos y que llegan hasta acusaciones por asesinato. Un 25% de todos los menores detenidos cumplieron condenas de más de seis meses y un 1% de más de un año.

Debido a la frecuencia de este tipo de incidentes, la organización reconoce que no tiene estadísticas de cuántos casos se producen a lo largo del año como para calcular el porcentaje de arrestos y procesamientos.

Unas 3.000 detenciones al año

Según la Policía que opera en Cisjordania, se registran entre 2.100 y 3.000 casos anuales, mientras que el Ejército los cifra en entre 3.600 y 4.300.

Betselem tampoco pudo establecer la cantidad de menores detenidos por las fuerzas de seguridad israelíes pero que no han llegado a procesamiento judicial.

La ley militar que rige en los territorios ocupados no concede al menor los mismos derechos que en Israel, por lo que en muchos casos los sospechosos fueron arrestados de noche y sin poder ser acompañados por alguno de sus progenitores.

El Ejército israelí respondió al informe de la ONG israelí calificándolo de «desequilibrado» y subrayó que ignora la «explotación de menores por parte de organizaciones terroristas de manera que violan el derecho internacional y quebrantan sus derechos».

Aseguró que hace unos dos años se estableció un Tribunal Especial para Menores en Judea y Samaria (como los judíos llaman a Cisjordanis), encargado de lidiar con casos en los que los sospechosos no tienen 18 años. Asimismo, sostuvo que los jueces militares «han manifestado una gran sensibilidad sobre cuestiones relacionadas con los derechos de los menores, y en varias ocasiones han expandido esa protección más allá de lo requerido por la ley».

Añadió que «no es posible investigar malos tratos a los menores durante los interrogatorios porque se basan en denuncias anónimas».

Maltratos a los menores como en los estados más pobres

«En el cuarto de interrogatorios al niño le quitan la venda de los ojos pero sus manos continúan esposadas. Algunos niños dicen haber sido empujados y haber caído de la silla, y que después el interrogador les puso su bota en la cabeza. Esto ocurre mientras el interrogador le grita al niño que debe confesar». Gerard Horton, jurista del departamento palestino de Defensa para Niños, relata así lo que viven estos menores, después de haber sido sacados de sus casas y golpeados en el trayecto, sin haber informado a sus padres de dónde los llevaban.

El mismo organismo denuncia que, a veces, los interrogadores cometen intimidaciones sexuales o aplican descargas eléctricas y, finalmente, la mayoría acaba confesando.

Horton añade que no hay ningún abogado presente y en la celda no se les permite ningún contacto con sus familias, con la excepción de una llamada telefónica.

Especialistas en leyes de menores comparan esta situación con la que viven los niños detenidos en países empobrecidos, con «niños de la calle que cometen delitos menores». GARA

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