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Primer presidente árabe derrocado ante un tribunal

Mubarak se declara no culpable de la represión y la corrupción

Desde una camilla y entre rejas, flanqueado por sus dos hijos, el que fuera presidente de Egipto durante treinta años, Hosni Mubarak, se declaró no culpable de la muerte de cientos de manifestantes en las protestas que lo derrocaron en febrero, una acusación que puede acarrearle la pena de muerte. El juicio en su contra continuará el 15 de agosto, aunque el de su ministro de Interior y otros seis altos cargos policiales comenzará hoy.

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GARA | EL CAIRO

Acostado en una camilla, el ex presidente egipcio, Hosni Mubarak, primer dirigente que comparece ante un juez desde el inicio de la «primavera árabe», se declaró no culpable en la apertura de su juicio por «asesinato» y corrupción .

«Todas estas acusaciones, las niego por completo», dijo con una voz ronca pero firme Mubarak, tomando el micrófono que se le ofreció. Sus hijos Gamal y Alaa, acusados de corrupción, también se declararon no culpable. Después de una audiencia de cuatro horas, el juez aplazó el juicio de los tres hombres el 15 de agosto. Alaa y Gamal, de pie, se turnaban junto a su padre, tendido en la camilla dentro de un espacio con barrotes colocados a lo largo de la sala de la audiencia, y en parte oculta a la cámara a la televisión estatal, que difundió el juicio en directo. Los dos sostenían sendos libros en la mano.

El juez que preside el tribunal, Ahmed Refaat, ordenó que el que fuera el hombre más poderoso del país esperara al 15 de agosto en el Centro Internacional de Medicina, cerca de El Cairo, en vez de regresar al hospital de Sharm el Sheij, y se mostró de acuerdo con que un especialista en cáncer le atienda «cada vez que lo necesite» junto al equipo médico que trata a Mubarak en la actualidad, según lo solicitado por la defensa.

El juicio contra el ex ministro del Interior, Habib al-Adli y seis altos funcionarios de la Policía, que están detenidos en la cárcel de Tora, en las afueras de El Cairo, fue pospuesto hasta hoy. Se les acusa de la muerte de manifestantes durante las revueltas. Más de 800 personas fallecieron entre enero y febrero por la represión de las fuerzas de seguridad.

Órdenes para matar

El abogado que representa a las familias de los manifestantes muertos aseguró que Habib al-Adli «recibió órdenes del ex presidente Mubarak para matar a los manifestantes. Solicitamos la imposición del mayor castigo para el acusado». Según la Fiscalía, Mubarak y Al-Adli permitieron a los policías disparar contra los manifestantes y atropellarlos con su vehículos, y no utilizaron sus poderes para prohibir estas acciones.

Según el fiscal, el ex presidente «tenía intención de matar a manifestantes en distintas provincias donde se estaban llevando a cabo protestas pacíficas por el deterioro de las condiciones» de vida en Egipto. Las ejecuciones, precisó, fueron ordenadas durante los 18 días que duraron las manifestaciones que forzaron su dimisión y también entre 2000 y 2010.

Otro de los cargos que se le imputan es el supuesto acuerdo con el ex ministro de Petróleo Sameh Fahmi sobre la venta de gas a Israel, por un precio inferior a su valor real en el mercado, a través de una compañía del empresario Hussein Salem. Salem, hombre cercano a Mubarak y que huyó al Estado español, será juzgado en rebeldía por corrupción.

El fiscal también ha acusado al ex presidente y a sus hijos de varios delitos de corrupción y de gastarse el dinero público.

Si Mubarak es declarado culpable de «asesinato», se arriesga a ser condenado a la pena de muerte.

Por primera vez, el presidente depuesto, de 83 años, apareció en público desde su dimisión el 11 de febrero. Vestido de blanco, habló regularmente con sus hijo, también tranquilos y vestidos de blanco, la vestimenta habitual de los acusados preven- tivos que aún no han sido condenados.

Se trata de un proceso histórico para Egipto y el mundo árabe, donde la impunidad es la regla general. El ex presidente tunecino Zine El Abidine ben Ali, expulsado el 14 de enero por una revuelta popular y que huyó a Arabia Saudí, está siendo juzgado, pero en su caso en rebeldía. Mubarak es el primer ex jefe de Estado árabe que comparece ante un tribunal.

Enfrentamientos en la calle

Policías de paisano por doquier se encargaron de establecer no menos de siete controles para toda aquella persona autorizada a entrar en el Tribunal.

En frente de la academia de Policía, donde se celebra el juicio por razones de seguridad, cientos de personas, incluyendo a familias de las víctimas de la represión, siguieron de cerca el proceso a través de una pantalla gigante.

Pero la fuerte presencia de la Policía y el Ejército no impidió que se produjeran enfrentamientos esporádicos entre manifestantes pro y anti-Mubarak, que se lanzaron piedras y otros objetos. Sus seguidores blandían retratos del ex presidente, mientras que los anti-Mubarak llevaban fotografías con una cuerda con un nudo corredizo, un símbolo de la horca que quieren que se aplique al ex mandatario. Otros exhibían directamente las cuerdas anudadas. Al menos 61 personas resultaron heridas. Cincuenta fueron atendidas en el lugar, mientras que las demás fueron trasladados a varios hospitales.

También en la localidad de Sharm el Sheij, donde hasta hoy estaba hospitalizado Mubarak, se produjeron de madrugada enfrentamientos, en los que murieron dos personas y otras siete resultaron heridas, según la televisión estatal egipcia. El caso ha encendido el país y por lo general las atestadas calles de El Cairo se encontraban inusualmente tranquilas durante la audiencia.

Mubarak había salido temprano por la mañana a bordo de una ambulancia del hospital de Sharm el-Sheikh, donde se encontraba detenido desde abril a causa de problemas cardíacos.

Recientemente, el abogado de Mubarak, Farid al-Dib, aseguró que el ex presidente tenía cáncer, y la semana pasada aseguró que estaba en coma, un extremo que el hospital negó. Uno de sus médicos dijo a AFP que se encontraba en una situación relativamente estable, pero que se está débil, porque se niega a comer, y muy deprimido.

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Entre rejas, acostado en una camilla, vestido de blanco y grabado por cámaras de televisión, la imagen de Mubarak, que apareció en público por primera vez desde su salida del poder, centró la atención del juicio.

«hecho único»

El Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, dijo que el juicio a Mubarak es un «hecho único» en la historia egipcia que tranquiliza al pueblo y responde a una de las principales reivindicaciones de la rebelión.

El ex presidente implica a la actual dirección militar

El abogado que representa a Hosni Mubarak ha solicitado que comparezca como testigo el jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el mariscal Mohamed Hussein Tantawi, líder del órgano que dirige el país desde la renuncia de Mubarak el pasado 11 de febrero. El abogado de Mubarak, Farid al-Deeb, solicitó al juez el testimonio del mariscal Tantawi, ya que asumió la responsabilidad del país el 28 de enero, cuando Mubarak pidió ayuda al Ejército para controlar las protestas. El abogado ha pedido que comparezcan más de 1.600 personas relacionadas con el antiguo régimen, incluidos el actual y el anterior gobernador de la región de Sinaí del Sur. GARA

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