Digo en Colombia y Diego en Donostia. Las agencias francesas recogían ayer unas declaraciones de Antoine Griezmann a «L'Equipe», en las que se mostraba incluso más contundente que hace algunos días al expresar su deseo de fichar por el Atlético de Madrid y que incluían una dura crítica a la directiva de la Real. Más gasolina para la hoguera, que a última hora de la tarde recibió un manguerazo de agua con una nota en la web oficial txuriurdin, en la que el propio Griezmann aseguraba que quiere quedarse en Donostia.

«Quiero ir al Atlético de Madrid». Es lo que se podía leer por la mañana. «Me gusta mucho el proyecto del Atlético. He tomado una decisión y quiero ir al Atlético de Madrid, que disputa regularmente competiciones europeas», aseguraba, aunque ahora habrá que ponerlo en duda, Griezmann, que añadía que quiere «aprender rápido. Sueño con jugar en la selección y cambiar de club me parece la mejor decisión y la mejor manera de conseguirlo». Y para acabar de vaciar el bidón de gasolina en la hoguera, la censura a los dirigentes realistas, que estarían remoloneando con la mejora de su contrato. «Hace semanas y meses que me prometieron una revalorización y que me dicen que soy importante para el club. Pero no veo que se haga nada», se ponía en boca del de Macon.

Pero del desayuno con el Atlético se pasó a la cena con la Real. Tras una jornada en la que parecía evidente que el jugador estaba dispuesto a tensar la cuerda al máximo para forzar su traspaso al conjunto colchonero, la web oficial txuriurdin emitió a última hora de la tarde una nota con declaraciones de Griezmann, en las que se mostraba igualmente diáfano, aunque en sentido opuesto. «Nunca dije que deseaba irme al Atlético. Dije que a todo futbolista le gustaría jugar junto a Forlán, pero como también le gustaría jugar al lado de Messi, Benzema o Van Nistelrooy. Eso no significa que quiera marcharme», asegura, para recalcar a continuación que se siente «muy muy feliz» en la Real. «Quiero quedarme aquí, la afición siempre me hace feliz cuando canta mi nombre, cuando veo a un niño con mi camiseta... ¿Por qué irme si aquí lo tengo todo?».

También tiene el jugador buenas palabras para con el club, aunque no desmiente esas críticas hacia el supuesto comportamiento de la directiva con respecto a la mejora de su contrato. «La Real fue el único club que confió en mí. Mis compañeros, el entrenador, la afición... Todos confían en mí y me siento muy valorado. Prometí quedarme en la Real y así lo haré».

Así pues, la responsabilidad del lío recaerá, como es habitual, en el mensajero, aunque el desmentido del jugador francés suena más a tirón de orejas o negociación truncada. La que no ha cambiado es la versión de la Real, que desde un principio ha declarado aferrarse a la cláusula de Griezmann, con contrato en vigor hasta 2015. Y en la misma línea se manifestó ayer Philippe Montanier, horas antes antes de que su pupilo se desdijera. No entró a valorar las declaraciones de su compatriota porque «no tengo la costumbre de hacerlo, mis jugadores son libres de expresarse», pero sí se mostró «seguro de que Antoine tiene contrato con nosotros. Y yo cuento con él», sentenció.