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crisis económica en la zona euro

El eje franco-alemán trata de tomar las riendas tras ver las orejas al lobo

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunirán el próximo martes en París con el objetivo de analizar la crisis y proponer nuevas medidas para la gobernanza de la zona euro. Esta cumbre se anuncia después de que el Estado francés, y en especial sus bancos, sufrieran el miércoles una debacle debido a un rumor sobre la calificación de su deuda pública. Ayer tocaba desmentirlo y presumir de solidez financiera.

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Imanol INTZIARTE | DONOSTIA

Los mercados de valores recuperaron ayer cierta estabilidad y cerraron en positivo después de que se anunciara para el próximo martes una reunión entre el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, para debatir sobre la crisis económica en la zona euro, que amenaza con rebasar a los países periféricos y llegar hasta el núcleo duro.

El eje franco-alemán ha decidido «hacer propuestas conjuntas para la reforma de la gobernanza de la zona euro antes de que finalice el verano», según la comunicación emitida. La víspera, el Ejecutivo galo ya adelantó que el 24 de agosto hará públicas una serie de medidas para reducir su actual déficit.

El viceportavoz del Gobierno germano, Christoph Steegmans, explicó ayer que ambos líderes abordarán los acuerdos alcanzados en la cumbre de la eurozona del pasado 21 de julio para el segundo paquete de ayuda a Grecia y la flexibilización del fondo de rescate.

Merkel está en Berlín desde principios de semana, tras unos días en el Tirol, pero sigue oficialmente de vacaciones hasta mañana, cuando asistirá al acto central del 50 aniversario de la construcción del Muro de Berlín, el 13 de agosto de 1961. Esta ausencia le ha valido las críticas de la oposición socialdemócrata.

El popular diario "Bild" dedicaba ayer su segunda página a la ausencia de Merkel, con la pregunta «¿Por qué calla la canciller?» en grandes titulares y estampada sobre la silueta en negro de la jefa del Gobierno.

No obstante, el rotativo recordaba las gestiones telefónicas de Merkel la semana pasada con Sarkozy y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y añadía que otros líderes como el propio Sarkozy o el estadounidense Barack Obama no habían precisamente tranquilizado a los mercados con sus intervenciones públicas recientes.

En el Estado francés, el gobernador de su Banco Central, Christian Noyer, defendió la fortaleza de las entidades galas. «Los resultados publicados por los bancos franceses para el primer semestre de 2011 han confirmado su solidez en un entorno económico difícil, gracias a una gestión rigurosa de sus riesgos y a un modelo de banca universal que reposa sobre la diversificación de sus actividades», señaló.

El último de los rumores fue dirigido ayer contra BNP Paribas y apuntaba a la supuesta provisión suplementaria de 500 millones de euros para hacer frente a la depreciación de la deuda griega que posee.

Anteayer le tocó el turno a Société Générale por la posibilidad de que su exposición a la deuda soberana griega le hubiera hecho sufrir más pérdidas de las previstas, ante lo cual su presidente, Frédéric Oudéa, denunció que la compañía había sido víctima «de una serie de ataques de los mercados».

«Tenemos que dejar de enfrentar a los bancos con el resto de la economía. Una economía sólida necesita bancos sólidos, los bancos franceses son sólidos, no tienen coste para los contribuyentes», remarcó.

El rotativo británico «The Daily Mail» tuvo que presentar sus excusas a Société Générale por un artículo publicado el día 7 en el que se aseguraba que dicho banco está «al borde del desastre». «Reconocemos que esto no es cierto y presentamos, sin reservas, nuestras excusas a Société Générale por los perjuicios ocasionados», manifestó el periódico.

«Los mercados están muy nerviosos. Basta la declaración de un político, un artículo de prensa negativo, para que suenen las alarmas», explicaba Jean-Paul Pierret, analista de Dexia Securities.

La Comisión Europea (CE) también restó credibilidad a los rumores sobre una posible degradación de la deuda francesa. «Las declaraciones pesan más que los rumores para la Comisión», subrayó el portavoz Oliver Bailly, quien recordó que las principales agencias han confirmado que la nota francesa AAA es estable.

Por su parte, el organismo que supervisa la Bolsa de París denunció que «el funcionamiento normal de los mercados se ha visto alterado por el lanzamiento de rumores infundados sobre los valores financieros», lo cual, subrayó, es «susceptible de sanción».

El BCE seguirá comprando deuda pública

El luxemburgués Yves Mersch, miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo, apuntó ayer que esta institución seguirá en los mercados de deuda pública hasta que se implemente el nuevo fondo de rescate europeo, que estará autorizado a cumplir esa tarea. Mersch recalcó que dicho fondo deberá ser operacional lo antes posible, y nunca más tarde que el 1 de noviembre, fecha en la que el italiano Mario Draghi tomará las riendas del BCE en sustitución de Jean Claude Trichet. Mientras, las primas de riesgo italiana y española siguen bajando. La primera se colocó en 270,2 puntos básicos (5,018% de interés) y la segunda en 268,81 (5,006%). I.I.

El Gobierno italiano anuncia medidas «muy fuertes»

El ministro italiano de Economía, Giulio Tremonti, compareció ayer en sede parlamentaria para anunciar formalmente que el Gobierno adoptará la próxima semana nuevas medidas de austeridad «muy fuertes», con el objetivo de lograr en 2013 un equilibrio presupuestario. Tremonti no fue excesivamente explícito y se negó a aportar cifras, aunque sí dejó caer pequeñas pinceladas sobre las intenciones del Ejecutivo Berlusconi.

De este modo, señaló que el Gobierno trabaja sobre la «dinamización» del mercado laboral exigida por el Banco Central Europeo (BCE) y contempla medidas que pueden llevar a «un impulso de la contratación a nivel empresarial», pero también al «despido del personal compensado con mecanismos de seguridad social más favorables», una especie de «derecho a despedir».

Tremonti también se mostró partidario de «evitar el abuso de contratos temporales» y de fusionar algunas fiestas del calendario laboral con los domingos para aumentar la productividad. Ante esata situación, al principal sindicato del país, CGIL, habla ya de la posibilidad de una huelga.

El ministro de Economía insistió además en las medidas anunciadas por Berlusconi el pasado viernes, en la línea de privatizar empresas municipales, acometer una gran liberalización del sector empresarial, reformar el sistema de pensiones y luchar contra la evasión fiscal. Reconoció que los excesos de las últimas décadas les han llevado a tener una de las mayores deudas mundiales, pero que ahora las reglas han cambiado.

Tremonti confirmó, tal y como publicaron algunos medios, haber recibido una carta «secreta» del BCE en la que se le daban indicaciones sobre las medidas a adoptar. La oposición clamó contra esta «tutela», mientras que Umberto Bossi (Liga Norte), principal apoyo de Berlusconi, mostró su temor a que la filtración oculte «una intención de hacer caer al Gobierno». I.I.

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