Etxerat informó ayer de que el preso político Aitzol Gogorza Otaegi, que se encuentra en el módulo de aislamiento de Soto del Real, fue agredido el 30 de julio en su celda.

Tras su visita, relataron desde la asociación, el prisionero errenteriarra fue conducido de nuevo a su celda y allí le dejaron con la puerta abierta. Los presos -aclararon- habitualmente cierran la puerta al regresar. Inmediatamente, tres funcionarios entraron a su celda y le realizaron un cacheo por palpación. Posteriormente, registraron su celda, «dejándola completamente patas arriba», y un cuarto carcelero entró y ordenó a Gogorza quitarse los zapatos.

El prisionero se quitó los zapatos pero el funcionario, señalaron desde Etxerat, le ordenó que los cogiera y se los entregara, ante lo que se negó ya que también estaba siendo cacheado. «Era el tercer cacheo consecutivo que sufría y consideraba que estaba siendo humillado», explicaron.

Después de este «intento de humillación» por parte del funcionario, Gogorza recibió tres puñetazos, denuncian. Como consecuencia de ello, comenzó a gritar y una presa social que escuchó los gritos empezó a golpear la puerta y a dar voces pidiendo el final de la agresión. «Ella también acabó siendo fuertemente golpeada», precisaron.

Éste no fue el único caso de mal trato de presos que denunciaron desde la asociación de familiares y amigos de los represaliados políticos vascos, que dijeron son constantes. «Exigimos que se acabe esta violencia sistemática. La política penitenciaria, basada en claves represivas y de utilización, debe dar un giro de 360 grados y respetar los derechos de las presas y presos políticos vascos», destacaron, además de exigir «compromisos» para hacerlo realidad.

Más dispersión

En Lyon, Mikel Albisu, Marixol Iparragirre, Urko Labaka, Alejandro Zobaran, Jone Lozano y Eider Uruburu fueron cambiados de celda la semana pasada. «Suelen cambiarles de celda cada dos meses, pero en esta ocasión los han dispersado», desvelaron.

Etxerat criticó que los seis ciudadanos vascos encarcelados en Lyon fueran sacados de «malos modos de las celdas y en el caso de los hombres hubo agresiones físicas». Así, Alejandro Zobaran fue trasladado mientras le agarraban del cuello y Mikel Albisu presenta moratones por todo el cuerpo.

Como consecuencia de ello, no acudieron a la vista en la que les iban a imponer una sanción y los seis presos políticos han sido llevados al mittard.