El homenaje a los presos que se realizó durante el chupinazo de las fiestas de Leitza, el miércoles, ha provocado un nuevo revuelo mediático, al que en esta ocasión se ha sumado el Gobierno de Nafarroa anunciando medidas legales contra el Consistorio, que está gobernado por Bildu. El Ejecutivo que lidera Yolanda Barcina calificó ayer de «deleznable» que se exhibieran banderas en favor del acercamiento de los presos políticos vascos y que se mencionara el nombre de algunos de ellos.

En una nota oficial, el Gobierno navarro dijo que las banderolas contra la dispersión «transformaron un acto festivo en un homenaje al terrorismo». Aunque no llegó a utilizar el término de «delito de enaltecimiento», indicó que «podría bordear la legalidad», por lo que ha pedido a sus servicios jurídicos que estudien el caso. De todas formas, abrió otra vía en busca de una sanción para Leitza, al encargar otra investigación a la Policía Foral para que verifique que se cumple con la Ley de Símbolos.

La noticia de que, momentos antes de lanzar el cohete, cuatro personas con máscaras blancas aparecieran en la plaza con banderolas y un cartel que rezaba «Ez gaude denok» generó mucha polémica. En el balcón consistorial también hubo banderolas y varias integrantes de Bilgune feminista llevaban camisetas en apoyo a Jone Lozano. Sin embargo, estos datos se fueron tergiversando conforme saltaban de un medio de comunicación a otro. Al final, algunos medios llegaron a hablar de «carteles de ETA» en la plaza de Leitza.

Reacciones de PSN y UPN

El consejero navarro de Interior, Roberto Jiménez (PSN), dijo que «Bildu ha manchado el nombre de Leitza» y que «es triste comprobar que la presencia de Bildu en las instituciones representa una vuelta a los viejos tics de la izquierda abertzale».

Por su parte, el portavoz de UPN en el Parlamento navarro, Carlos García Adanero, considera una «obligación» que el Ministerio Fiscal actúe de oficio contra las personas que, según afirmó, «hicieron alegato a favor de ETA».