Txisko Fernández Periodista
Maniobras de distracción
Patético. Verdaderamente patético. El nivel que están dando los dirigentes de la mayoría de partidos vascos durante este verano es -perdonen la reiteración- patético. Los del PSE y el PP de Donostia salen corriendo en busca de cámaras y micrófonos para denunciar que el viento ha enroscado «su» bandera; los de UPN y PSN emprenden una caza de brujas en Leitza porque un grupo de solidarios se pasea impunemente por la plaza del pueblo ondeando banderolas a favor de la repatriación de los presos políticos. A este paso, no descarto que la Guardia Civil irrumpa una de estas noches en el Olimpo para detener a Eolo y conducirlo a la Audiencia Nacional española como imputado de un delito, presuntuoso, de «colaboración con ETA».
Del patetismo al esperpento va un paso, y los representantes del unionismo vasco-español caminan por este mundo dando zancadas, por lo que ya están sumergidos hasta el cuello en tal berenjenal que será difícil que logren salir de él sin sentirse humillados.
Porque, dejando a un lado las gracietas veraniegas, ¿hasta cuándo van a seguir defendiendo el alejamiento y la dispersión de los presos políticos vascos? Más pronto que tarde tendrán que cambiar de actitud pero, cuanto más tiempo pierdan, más les costará evitar aparecer como «derrotados» ante los más recalcitrantes defensores de la vulneración de los derechos de las personas presas, se llamen éstos Covite, AVT, Guardia Civil, Audiencia Nacional o Tribunal Constitucional.
Porque si realmente desean alcanzar un escenario de convivencia democrática tendrán que comenzar por respetar las leyes -incluso «sus» leyes- y no hay declaración universal que respalde el alejamiento de las personas presas de su entorno familiar y social, ni que avale su mantenimiento en prisión cuando padecen una grave enfermedad.
Y como aún se resisten a asumir públicamente -aunque son plenamente conscientes de que es así- que en este conflicto hay dos partes enfrentadas, y que ellos forman parte de sus raíces y tienen que ser parte de las soluciones, siguen practicando maniobras de distracción. Maniobras tan patéticas como la del avestruz escondiendo la cabeza bajo tierra para no ver que este proceso les puede pasar por encima si no se mueven.