El Gobierno de China decidió enviar una unidad de Policía antiterrorista a la región de mayoría musulmana de Xinjiang -Turkestan oriental para los uigures-, en el extremo occidental de China, indicó ayer la prensa de Estado.

La unidad policial tendrá a su cargo tareas de vigilancia, antes de la realización del foro comercial China-Eurasia Expo en setiembre en Uruqmi, capital de Xinjiang. La unidad fue desplegada en la ciudad de Aksu, a 460 kilómetros de Kashgar.

En esta última ciudad, en el extremo oeste de Xinjiang, tuvieron lugar recientemente ataques con arma blanca atribuidos a los uigures (musulmanes de habla turca).

Dichos ataques y la represión policial dejaron 21 muertos entre el 30 de julio y el 1 de agosto. Pekín había prometido el lunes aplicar una «línea dura antiterrorista», tras estos disturbios.

Más de ocho millones de uigures viven en Xinjiang, muchos de los cuales llevan décadas denunciando la represión cultural y religiosa a la que se ven sometidos, así como la inmigración masiva de los han, etnia mayoritaria en China, que, consideran, termina excluyendo a los uigures de la vida económica y de los puestos de trabajo.