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El miedo a una nueva recesión económica coge fuerza en EEUU

La decisión de Standard & Poor's de rebajar la calificación de EEUU ha sido el catalizador para que Wall Street viviese la semana más agitada de su historia. Aunque las dos últimas jornadas las cerró en positivo, el miedo a una nueva recesión explica el nerviosismo de los inversores. Según una encuesta hecha pública el jueves, el 75% de los estadounidenses no confía en la capacidad de su clase política para superar la crisis.

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Teresa DE MIGUEL (EFE) |

Jamás en los cerca de 115 años desde su creación, el índice Dow Jones de Industriales, la principal referencia del parqué neoyorquino, había encadenado cuatro jornadas consecutivas con movimientos superiores a los 400 puntos como ha hecho esta pasada semana.

En una «montaña rusa perfecta», como definió el director del Instituto Lauder de la Universidad de Pensilvania, Mauro Guillén, el Dow Jones se desplomó el lunes más de 600 puntos, rebotó con fuerza el martes hasta recuperar algo más de 400, volvió a caer otros 500 el miércoles y recuperó otros cerca de 400 el jueves.

El viernes el parqué neoyorquino vivió finalmente una relativa calma, ya que ese índice terminó con un avance del 1,13%, de forma que consiguió encadenar dos jornadas consecutivas de ascensos por primera vez desde principios de julio.

Las sacudidas que ha vivido esta semana ese índice revelan una inquietud latente en los mercados que algunos analistas e inversores empiezan a comparar con lo vivido en 2008, cuando EEUU cayó en la recesión más profunda y prolongada desde la Gran Depresión.

«The New York Times» dedicaba el jueves el principal artículo de su portada a esa comparación y en los canales estadounidenses de información financiera ese año volvía a escucharse en boca de los analistas económicos.

Todo ello deja patente el miedo existente a una recaída, una posibilidad que fomenta un debate en el que, pese a que la mayoría conviene en que la agitación de los mercados es similar a entonces, hay discrepancia en si los peligros son los mismos que hace tres años.

«El colapso de instituciones financieras como Lehman Brothers no se puede volver a producir porque ya no están cargadas de activos tóxicos como entonces, pero el temor es ahora que un prolongado periodo de bajo crecimiento económico ponga contra las cuerdas a los grandes bancos en EEUU y Europa», explicó Mauro Guillén.

«La situación es muy distinta, pero no por eso mejor», apuntó el economista, que hace hincapié en la crisis de deuda y también de liderazgo en estos difíciles momentos.

Aunque el debate está servido entre catastrofistas augurios como los del reconocido economista Nouriel Roubini y algo más optimistas pronósticos, como los del tercer hombre más rico del mundo, Warren Buffett, lo que está claro es que la recuperación económica estadounidense ha empezado a dar señales de debilitamiento y eso tiene muy preocupado a Wall Street.

Al anímico crecimiento en EEUU y a la crisis de la deuda en la zona euro, se unió la semana pasada el exasperante debate entre demócratas y republicanos para elevar el endeudamiento público en este país, que dejó a la mayor economía del mundo al borde de la suspensión de pagos.

El desasosiego que despertó el miedo a la quiebra se disparó después de que precisamente esa situación llevara el viernes pasado a la agencia de calificación Standard & Poor's a degradar la máxima nota de la deuda soberana estadounidense por primera vez en su historia.

La decisión desató esta pasada semana una volatilidad en el parqué neoyorquino que ha producido la pérdida de unos 362.000 millones de dólares en ese mercado de valores, un fuerte golpe que según declaraba al diario «The Wall Street Journal» el economista de ITG Investment Research, Steve Blitz, «eleva absolutamente el riesgo a una recaída».

Para Roubini, reconocido como uno de los pocos analistas que predijo la pasada crisis económica, después de esta semana el mundo tiene más de un 50% de probabilidades de volver a entrar en una recesión, por lo que aseguró que ahora está buscando liquidez.

«No es el momento de estar en activos de riesgo», subrayó en una entrevista con ese diario neoyorquino.

Muy diferente es la visión de Buffett, el llamado «Oráculo de Omaha» por sus certeras previsiones y su habilidad para encontrar activos devaluados, quien cree que no es momento de que cunda el pánico sino de hacerse con valores.

«Hasta ahora, el negocio ha estado recuperándose de forma continuada, incluso más que el ánimo de la gente», aseguró esta semana a la revista Forbes.

Poca confianza de la población

Precisamente, el periódico «The Washington Post» publicaba el jueves una encuesta que revela que el 75% de los estadounidenses no confía en la capacidad de su clase política para superar la situación económica que atraviesa el país.

La mayoría de los estadounidenses preguntados manifestó su oposición al reciente compromiso sobre el techo de la deuda, ratificado el 2 de agosto por el presidente Barack Obama y que determina reducir el gasto público del país entre los 2,1 y los 2,4 billones de dólares a lo largo de la próxima década.

El mayor rechazo proviene de los republicanos, pero la mayoría de los votantes independientes también se opone al acuerdo, mientras que los demócratas están divididos en el asunto.

La confianza de los ciudadanos en el Gobierno ha descendido 21 puntos desde octubre de 2010. Según la encuesta, cuatro de cada diez personas no confían en el Gobierno federal para solucionar la situación económica.

Casi ocho de cada diez preguntados aseguraron sentirse insatisfechos con el sistema político, una cifra que ha ido creciendo constantemente desde finales de 2009.

Mientras tanto, la mitad de la población se muestra de acuerdo con la decisión de la agencia Standard & Poor's, que rebajó la calificación del crédito de Estados Unidos de AAA -la máxima posible- a AA+ por primera vez en la historia.

COMPARACIón

Las sacudidas que ha vivido Wall Street esta semana revelan una inquietud latente en los mercados que algunos analistas e inversores empiezan a comparar con lo vivido en 2008, cuando EEUU cayó en la recesión más profunda y prolongada desde la Gran Depresión.

ENCUESTA

La mitad de la población estadounidense se muestra de acuerdo con la decisión de la agencia Standard & Poor's, que rebajó la calificación del crédito de Estados Unidos de AAA -la máxima posible- a AA+ por primera vez en la historia.

La crisis financiera comienza a preocupar a españoles y franceses

Varias encuestas publicadas esta pasada semana revelan que la crisis financiera comienza a preocupar tanto a ciudadanos españoles como a franceses.

Según una encuesta realizada por el comparador online de productos financieros «iahorro.com», el 98% de los españoles cree que el aumento de la prima de riesgo afectará «directamente» a su economía doméstica y el 74% de ellos estima que su bolsillo podría sufrir la pérdida de hasta 200 euros mensuales.

Así, el 65% de los encuestados considera que esa pérdida estará propiciada por una previsible subida de impuestos, mientras que el 22% cree que se producirá por el encarecimiento de las hipotecas a consecuencia del incremento del Euribor.

Respecto a las mejores opciones para sus ahorros, el 40% confirma que invertiría en oro, frente al 48% que confiaría sus riquezas a depósitos y cuentas remuneradas. Sólo un 12% optaría por comprar bonos del Tesoro.

En el Estado francés, y según un sondeo difundido ayer por la edición digital del diario «Sud Ouest», ocho de cada diez franceses dice estar preocupado por el nivel de deuda y de déficit público del país, y la mitad de los encuestados desea que se debata su reducción en el nuevo curso político el próximo septiembre.

A principios de 2010, sólo el 36% de los ciudadanos consideraba prioritaria la reducción de la deuda.

El estudio, realizado por el instituto demoscópico Ifop, indica que las personas más mayores ven mayor urgencia de reducir la deuda: el 67% de los mayores de 65 lo considera urgente, frente al 36% de los menores de 35 años y el 55% de quienes están entre ambas franjas. GARA

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