Cinco semanas después de que Tajonar acogiera su primer entrenamiento de pretemporada, el nuevo proyecto de Osasuna se pone de largo ante su afición, que esta tarde podrá determinar su nivel de optimismo de cara a la nueva campaña.

Hasta ahora, los seguidores rojillos se han tenido que conformar con la versión de terceros, encargados de contar la evolución de los suyos en tierras italianas. O con versiones del equipo, cuando los amistosos se han disputado más cerca de casa, que no parecen tener demasiado que ver con el que puede levantar el telón liguero. Y es que José Luis Mendilibar se ha tomado al pie de la letra eso de que el verano es un tiempo de pruebas. Tampoco ha dudado en dar minutos a jugadores que menos conocía o a los que, en teoría, partían con menos opciones de protagonismo. Si los han aprovechado se verá a partir de ahora.

Incluso hoy mismo porque es probable que el técnico zaldibartarra alinee ante el Racing de Santander -que llega con Héctor Cúper al frente y sin los lesionados Serrano, Colsa, Torrejón y Ariel- un once muy parecido al que se estrene en Liga frente al Valencia. Esa circunstancia y el hecho de que los navarros se enfrenten a un rival de Primera, bien puede servir para decidir dónde colocar las expectativas.

No podrán disputar el choque, por otro lado, Masoud y Esparza, que siguen con su trabajo de recuperación. Aunque sí estarán en el Sadar, porque la tarde arranca a las 18.45 con la presentación de los jugadores, que se sacarán la habitual foto de grupo. 45 minutos después, el balón echará a rodar.

Roversio

Es previsible, más aún teniendo en cuenta que disputó los noventa minutos frente al Huesca, que Roversio se quede fuera del once. Le importará lo justo, porque el jugador brasileño ya ha cumplido su primer objetivo de la temporada, quedarse en Iruñea. «Siempre ha sido mi prioridad. A pesar de que en principio no contaban conmigo, vine con muchas ganas de trabajar y de demostrar que quería quedarme aquí».

No lo tendrá fácil para jugar, con una competencia que ha aumentado este verano, pero al menos tendrá la posibilidad de pelear por el puesto, una posibilidad incierta hace apenas dos meses. Pero el cuerpo técnico ha acabado por dar el visto bueno a la continuidad del defensa, que facilitó las cosas al casarse y obtener la nacionalidad portuguesa, con lo que no ocupa plaza de extracomunitario, lo que le habría cerrado las puertas. Aunque la historia haya acabado bien, el defensa reconoce que «ha sido un poco difícil porque en vacaciones no sabía aún dónde iba a jugar. Pero siempre he creído mucho en el trabajo, no he bajado los brazos y, gracias a Dios, las cosas han cambiado. La pretemporada me ha servido de mucho. En ella hay que demostrar que vales y que puedes pelear por un puesto».

Roversio confía en hacerlo ahora y también en «devolver a la gente todo el cariño que me ha mostrado».