La velada, que tendrá lugar a las 20.00 en el Teatro Victoria Eugenia, la firma la compañía belga Compagnie Thor, que presenta «To the Ones I Love», una propuesta de danza contemporánea que discurrirá sobre partituras de Johann Sebastian Bach.

Será presumiblemente un encuentro joven, en el que la danza contemporánea convergerá con la tradición intemporal que emana de la música de Johann Sebastian Bach. «To the Ones I Love» es una nueva propuesta del belga Thierry Smits y su Compagnie Thor, en la que vuelve a explorar las posibilidades formales de la composición coreográfica. Smits opta por una puesta en escena en la que los movimientos se tornan en series de figuras trazadas en una página en blanco, que es el escenario, en el que se sitúan nueve bailarines de procedencia africana.

El mensaje de Smits no es político. Opta deliberadamente por un planteamiento estético, rechazando cualquier concesión al exotismo. Los bailarines se mueven en un decorado blanco y son literalmente transportados por la música de Bach, a través de su desbordante generosidad y su inmenso virtuosismo. El único objetivo es que los espectadores perciban con esta coreografía el gozo por la danza y la energía contagiosa que transmiten los bailarines.

Thierry Smits

Compagnie Thor fue fundada en 1990 por Thierry Smits. Con esta compañía el coreógrafo ha desarrollado una obra muy variada. En más de 30 espectáculos ha explorado en ámbitos profundos de la existencia humana como el misticismo, el erotismo, la relación entre el cuerpo y la mente humana. La compañía reúne a relevantes bailarines del mundo entero y ha actuado en numerosos escenarios de renombre internacional. Sus giras internacionales son habituales. La formación es toda una institución en Bélgica y actúa auspiciada por numerosas instituciones del país.

Nacido en Koersel (Bélgica), Thierry Smits estudió ballet clásico y moderno en Bruselas y París, y tras una corta carrera como bailarín, inició su trayectoria como coreógrafo. Su trabajo ha sido reconocido con numerosos galardones; en 1995 y 1998 recibió el premio SACD de Bélgica, siendo apoyado por la comunidad francoparlante de Bélgica. Además de realizar coreografías para su propia compañía, colabora con otras agrupaciones de relevancia internacional para las que también crea coreografías.