La firma Daewoo de Gasteiz (Demesa) ha presentado un expediente de regulación de extinción que afecta a los 158 trabajadores de esta planta dedicada a la fabricación de frigoríficos.

Esta empresa, ubicada en el polígono de Jundiz, fue una de las inversiones más importantes que atrajo el Gobierno de Lakua en la década de los noventa, pero comenzó a dar problemas desde el inicio porque trató de imponer no sólo los ritmos de Corea, sino los salarios y la falta de medidas de seguridad y salud en la empresa.

José De Miguel, presidente del comité, confirmó ayer que Daewoo comunicó la presentación del ERE de extinción con el objetivo de «cerrar la fábrica», lo que dejaría en la calle a los 158 empleados que actualmente trabajan en ese centro.

La firma surcoreana argumenta que se ve obligada a la extinción de la actividad «por motivos de mercado», según comunicó a los representantes de los trabajadores. El comité se reunió para analizar la situación y adoptar las medidas que explicarán hoy, según indicó Efe.

La decisión no llegó por sorpresa, porque a comienzos de julio los representantes del comité de Daewoo Electronics-Demesa advirtieron en un comunicado de que la multinacional pretendía «dejar morir» la fábrica alavesa porque había comenzado a producir en Corea del Sur el único modelo de frigorífico que, por ley, podrá ser vendido en Europa a partir de junio de 2012. Con esa decisión del traslado de producción la multinacional estaba dando por finiquitada su planta de Gasteiz.

En Júndiz fabrica frigoríficos de categoría «A», que sólo podrán ser comercializados en la Unión Europea hasta junio del 2012, fecha en la que deberán ser sustituidos obligatoriamente por modelos «A+» o «A++», de mayor eficiencia energética.

Los representantes de los trabajadores denunciaron que la firma surcoreana no había introducido en esta planta los cambios técnicos necesarios para fabricar los nuevos frigoríficos y, sin embargo, había reducido «prácticamente a cero» las existencias de muchos componentes de la producción, por lo que ya se temían que el ERE vigente se podía convertir en uno de extinción, con cese de actividad. El comité ha defendido siempre la viabilidad de la planta alavesa, ya que a su juicio cuenta con instalaciones «modernas y optimizadas» y con una productividad «muy alta».

La multinacional ha decidido abandonar Gasteiz después de obtener enormes ayudas oficiales en la década de los noventa.