Arturo, F. Rodríguez | Artista
Ataduras
Un artista de reconocido prestigio ha resultado ingresado en un centro especializado para la recuperación de la desidia y la indolencia (C.E.R.D.I.) de la Diputación Foral. El artista en cuestión, del que vamos a preservar su identidad, fue encontrado amarrado a una multitud de ataduras que le aferraban a un sin fin de circunstancias, recuerdos y presiones de muy distinta naturaleza, hasta llegar a hacer imposible su labor profesional. Al ser preguntado por los especialistas comentó que había desistido de ser atendido por temor a nuevos influjos provenientes de la terapia a la que podrían someterle, y que había decidido conscientemente arrastrar todas sus ataduras como método radical y como protesta ante un mundo en el que, y citamos textualmente: «la cultura importa un pimiento».
Su cuadro clínico ofrecía una importante «angustia de la influencia», un fuerte «mal de archivo», así como diferentes formas de «politización del malestar», que con el tiempo habían ido apartándole de una práctica objetual para conducirlo a territorios conceptuales de alto riesgo creativo, desembocando finalmente en un brusco cese de sus actividades artísticas.
El artista se mostró consciente de que su desidia podría ser interpretada como un signo de debilidad ante el sistema, pero argumentó que su decisión venía dada por la seguridad de que la capacidad de no hacer nada, no era lo mismo que la incapacidad de hacer; no era pues una anulación de su potencial creativo, sino una elaboración compleja de su obra. Para finalizar dijo: «en vez de vaciar la escultura, he optado por vaciarme yo, es la única forma de hacer algo». El artista ha cancelado todos sus proyectos y niega querer recuperarse.