La intervención militar en Siria parece descartada pese a los avances en Libia
A pesar de los avances que los rebeldes libios han logrado gracias a la actuación de la OTAN que les ha abierto el camino en si lucha contra el régimen de Muamar al-Gadafi, una intervención militar extranjera similar es muy poco probable en el caso de Siria, donde la situación, tanto interna como geoestratégica, es muy diferente, según insisten en señalar tanto EEUU como sus aliados europeos.
Lachlan CARMICHAEL (AFP) |
EEUU y sus aliados europeos no quieren abrir un nuevo frente bélico en Siria, donde la oposición sigue estando muy mal organizada y donde su presidente, Bashar al-Assad, dispone de unas temidas fuerzas de seguridad.
Desde la primavera, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha mantenido el liderazgo de las operaciones militares extranjeras en Libia. Y su ministro de Exteriores, Alain Juppé, ha expresado esta semana su confianza en que el desarrollo de la guerra en Libia tendrá «consecuencias considerables en Siria». Pero Juppé ha descartado una intervención armada de Occidente contra el régimen de Al-Assad.
Ayer Sarkozy se refirió a esa posibilidad, que descartó sin tener el apoyo de la ONU. «La población siria también tiene derecho a no permanecer condenada por un régimen que no comprende que estamos en otro siglo», señaló. Pero precisó que en Siria «no se dan aún las condiciones para una intervención militar», y rechazó que París vaya a actuar «sin una resolución» del Consejo de Seguridad de la ONU, como hizo en Libia con el pretexto de proteger a los civiles.
En Washington, la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, también señaló que una intervención extranjera no estaba contemplada entre las preferencia de los opositores sirios: «Ellos prefieran la vía de Martin Luther King y de Gandhi».
De forma más prosaica, el experto estadounidense Anthony Cordesman (CSIS) aseguró que Siria no existe «una rebelión real que apoyar».
«El país dispone una maquinaria militar de gran capacidad, no como en Libia, donde en gran parte era una fachada», indicó a AFP. En Siria, una intervención extranjera necesitaría de armamento pesado, lo que elevaría el riesgo de víctimas civiles.
Si los opositores rechazan, en su inmensa mayoría, la idea de una intervención occidental es también por temor a que una militarización de su enfrentamiento contra el régimen de Al-Assad podría desembocar en una guerra civil entre los numerosos grupos étnicos y religiosos.
Al menos eso es lo que mantiene Radwan Ziadeh, opositor sirio afincado en EEUU: «Si hay una intervención militar o un suministro de armas, el número de muertes será mucho mayor», aseguró a AFP.
En Libia, los aliados occidentales podían confiar en el apoyo general del mundo árabe, pero también en Siria esta cuestión en totalmente diferente. «La opinión pública árabe y los estados árabes se oponen a la intervención militar en Siria», explicó Shibley Telhami, de la Universidad de Maryland.
Por lo demás, la situación regional sigue siendo muy inestable. Siria, aliado de Irán, ejerce una fuerte influencia en Líbano, donde apoya a Hizbulah, y a través del movimiento chií, transmite al mundo árabe una imagen de polo de resistencia ante Israel. Una intervención extranjera en Siria podría activar todas estas fuerzas, con consecuencias potencialmente explosivas para toda la región.
Según Telhami, cuesta «imaginar quién podría tener el coraje de repetir en Siria la intervención» de Libia. Pero advierte de que «todo puede cambiar si se produjeran masacres a gran escala que nadie pueda parar».
Un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contempla sanciones contra el presidente sirio, Bashar al-Assad, 22 personalidades del régimen de Damasco y cuatro empresas vinculadas con ellas. Las sanciones afectarían a la Dirección General de Inteligencia.
Sarkozy dijo que no habrá intervención sin mandato de la ONU, pero agregó que «eso no quiere decir que debamos dejar que el pueblo sirio sea masacrado por un régimen que se descalifica día a día». Y no tuvo empacho en decir que París se pone del lado «de la calle árabe cada vez que ésta exige la libertad y la democracia».
El Gobierno sirio acusó ayer a «grupos terroristas armados» de haber secuestrado, torturado, ejecutado y mutilado a catorce ciudadanos de la ciudad de Homs, informó la agencia estatal SANA.
Según el juez de instrucción Mohamad Shahin, al Hospital Nacional de Homs llegaron los cuerpos de catorce ciudadanos que habían sido ejecutados de forma brutal. ALgunos presentaban heridas de bala en la cabeza y el pecho y otros quemaduras, señales de haber sido apuñalados y luego mutilados.
«Mi padre había salido de casa para ir a Homs y, tras una larga ausencia, fuimos al Hospital y supimos que había sido `martirizado' a manos de terroristas», relató el hijo de una de las víctimas.
La televisión siria mostró imágenes de los cuerpos de las víctimas y la agencia SANA publicó varias fotos de los cuerpos con signos evidentes de violencia.
Por otro lado, SANA informó también de la muerte de un miembro de las fuerzas de seguridad por disparos de hombres armados en una emboscada el martes contra la patrulla, también en Homs. Además, un civil resultó herido por la explosión de un artefacto en esa ciudad.
Ayer la oposición informó de la muerte en la provincia de Homs de al menos seis civiles por la represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes antigubernamentales. Dos jóvenes fallecieron en Telbisa y el resto, en la ciudad de Homs. GARA
