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Crónica | Cachalote varado en Zarautz

Un espectáculo tan bello como cruel

La naturaleza irrumpió ayer en Zarautz con su capacidad para sorprender. Las mareas llevaron hasta la orilla a un cachalote de doce metros. Bello, elegante, colosal. Agonizando, murió apenas dos horas después, varado en la arena.

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Oihane LARRETXEA

La noticia no tardó en extenderse. Algunos lo escucharon por la radio mientras se desperezaban. Otros nada más llegar al trabajo. Los más afortunados corrieron hacia la playa sin pensárselo dos veces y ver con sus propios ojos el ejemplar de cachalote que ayer apareció en la playa de Zarautz, en la misma orilla.

Fueron unos paseantes quienes, sobre las 7.30, dieron el aviso de que un cetáceo de gran tamaño, y al parecer herido, se encontraba a pocos metros de la arena. El protocolo de rescate y alerta se puso entonces en marcha: policías municipales, técnicos del Ayuntamiento de la localidad costera, Ertzaintza y miembros de Ambar (Asociación para el estudio y la conservación de la fauna marina) se personaron para analizar la situación y decidir las pautas a seguir.

No obstante, antes de que la cinta acordonara la zona para proteger al animal, varios vecinos se fotografiaban junto al cachalote. Los inquietos pudieron saciar su curiosidad («¿Que tacto tendrá?») alargando la mano para acariciarlo. «¡Vaya sensación tan extraña!».

Los expertos de Ambar le realizaron una inspección ocular al cuerpo del cetáceo, y pudieron comprobar que no presentaba «heridas externas ni signos de violencia». Según Enrique Franco, vicepresidente de la asociación, el cachalote podría haber llegado agonizante a la playa guipuzcoana, aquejado de algún problema.

Mientras el grupo de curiosos iba creciendo, los expertos tuvieron que interrumpir la examinación, ya que había peligro de que la pleamar arrastrara al cetáceo hacia el interior del mar y que apareciera de nuevo en otra zona de costa más accidentada en la que el acceso al cachalote pudiera ser más dificultoso.

Sobre las 9.30, con el animal varado en la playa de Zarautz, los portavoces de Ambar confirmaron su fallecimiento. «¿Por qué no se le pudo salvar?». Ilazki Goenaga, miembro de la asociación, explicaba a Euskadi Irratia, que cuando un animal de estas dimensiones llega a la orilla no resulta fácil ayudarle, «a diferencia de un delfín, por ejemplo».

Momentos violentos

Sin querer «ofender» a nadie, Goenaga dijo que el «espectáculo» que vio en la playa fue «violento» porque un centenar de personas se agolpaban alrededor del animal cuando éste aún estaba vivo, agonizando, y criticó que hubo incluso quien le tiró de la cola.

En palabras de la experta, este tipo de cetáceo sufre mucho cuando toca la arena porque por primera vez siente todo el peso de su propio cuerpo. La fuerza de la gravedad provoca en el cachalote un estado de estrés y fatiga que le causa mucho sufrimiento. «Es un animal espectacular que no acostumbramos a ver y está bien que la gente haga fotografías, pero no debería tocarlo», dijo.

Descartada la idea de llevarlo por mar hasta Orio, a última hora de la tarde dos grúas sacaron por tierra el cetáceo desde la playa hasta el malecón de Zarautz, donde lo cargaron en un camión para que el Aquarium donostiarra y Aranzadi estudien al animal.

Según confirmó Franco, el próximo paso será enterrarlo y exhumar su esqueleto dentro de varios años para posteriormente exhibirlo en el Aquarium de Donostia. Dónde estará enterrado mientras tanto es un misterio que los expertos quieren guardar como un tesoro.

 

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