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Eurobasket Lituania 2011

Un pronóstico muy abierto en la visita a los altares del baloncesto continental

Sólo los finalistas tendrán un sitio garantizado en los Juegos Olímpicos. España y Serbia -que se jugaron el último Eurobasket- levantan dudas, y Rusia y Turquía -además de la anfitriona- tienen opciones de oro.

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Arnaitz GORRITI

Bienvenidos a Lituania, uno de los santuarios del baloncesto europeo y sede del Eurobasket 2011 que arranca hoy. Preparados para ver canchas a rebosar y, si el juego acompaña, uno de los mayores espectáculos del mundo, con Londres 2012 al fondo.

Desde hace unos años, los torneos continentales de baloncesto sirven también como clasificatorios para Mundiales y Juegos Olímpicos y, aunque sobre los Mundiales se suele aducir que su importancia -a diferencia del fútbol- es relativa, el torneo olímpico sí que es una cita que nadie se quiere perder.

En efecto, llegó el Eurobasket de Lituania 2011 y sólo los dos finalistas tendrán el billete seguro para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, de modo que la intensidad de la disputa y la agresividad al límite están aseguradas. Todo sea por el bien del espectáculo, sobre todo en un torneo con un favoritismo no excesivamente clarificado.

Ya que el Eurobasket se celebra en Lituania, habrá que otorgar a su selección el papel de favorito. Si hace un año, los «orgullosos verdes» conquistaban en el Mundial un bronce que absolutamente nadie esperaba, en esta ocasión nadie los ve más abajo de semifinales. Y eso que su líder en Turquía, Linas Kleiza, causa baja por lesión, y otros dos guías espirituales, Siskauskas -retirado de la selección- y Darjus Lavrinovic -lesionado durante la preparación-, tampoco se vestirán de corto.

Pero sí estará Sarunas Jasikevicius, y con eso ya es bastante para que al cuadro de Kestutis Kemzura no le falte ni carácter ni arrojo en los malos momentos. Kalnietis, Pocius y el ex baskonista Jasaitis le echarán una mano en el exterior, y Songaila, Ksystof Lavrinovic y el emergente Valanciunas bajo los aros.

El técnico lituano deberá variar por completo su concepto de juego. Si el año pasado era Kleiza el que hacía y deshacía, con una dura «guardia de corps» a su servicio para la defensa y el rebote -la selección argentina, y en especial Luis Scola, se acordará del marcaje de Javtokas en el cruce de cuartos de final-, este año el juego deberá ser más coral, menos supeditado al brillo de un jugador.

Ello le supondrá a Kemzura definir muy bien los roles, para que no haya ninguna lucha de egos. Así, por lo pronto parece que Jasikevicius partirá desde el banquillo, y que entre Kalnietis y Songaila llevarán la voz cantante. Si la cosa funciona, el entusiasmo del público lituano -los «latinos del Báltico», según las crónicas- se desbordará.

Por otro lado, la vigente campeona continental -España- mantiene el mismo bloque que le llevó al oro hace dos años en Polonia -que no deja de ser un bloque parecido al que logró el oro en el Mundial de Japón 2006, y la plata en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008-, y sólo por eso merece ser tomada en cuenta. Pero cabe recordar que en el torneo polaco los de Sergio Scariolo estuvieron a punto de irse a casa en la primera ronda, después de caer ante Serbia en el partido inaugural.

Turquía volvió a ganar a la selección española en el primer duelo de la segunda fase, y sólo una reacción -más visceral que de juego- en el segundo cuarto de su duelo ante Lituania hizo que «la roja» remontara el vuelo y pasara por encima de los rivales a partir de los cruces.

Demasiadas ausencias

Asimismo, el pésimo Mundial que este mismo bloque protagonizó en Turquía -sin Pau Gasol- lo convierte en un favorito con pies de barro, por mucho que recuperen al mayor de los Gasol, al ex baskonista Calderón, y realicen el importante fichaje del congoleño nacionalizado Serge Ibaka, un pívot que ha brillado en Oklahoma ante todo en facetas defensivas.

Con todo, la preparación de los hispanos respecto a lo mostrado hace 12 meses ha ganado en seriedad y perdido en vedettismo. Aunque hayan perdido el único encuentro jugado fuera de sus fronteras -88-76 ante Lituania-, parece que el conjunto se va engranando mejor, aunque no termina de hallar la excelencia. Scariolo ha apostado por hacer compartir pista a Navarro y Rudy Fernández, dos escoltas, lo cual hace que el puesto de alero hispano quede un poco huérfano -con San Emeterio infrautilizado y Claver jugando de ala-pívot-. Los hermanos Gasol podrían jugar muchos minutos juntos, lo cual repercute en positivo por su talento para el pase y la finalización, y para mal por sus problemas de movilidad.

Serbia, Rusia y Turquía son las otras tres candidatas al triunfo, siempre y cuando superen su sempiterna irregularidad.

Turquía, aspirante, pero menos

Turquía es la vigente subcampeona mundial, un portento físico en sí mismo que, a las órdenes de Orhun Ene -antiguo asistente de Bogdan Tanjevic-, volverá a tratar de asfixiar a sus rivales. Le sobra físico y talento en gente como Ilyasova, Turkoglu o el joven Enes Kanter. Pero, entre que han perdido a Asik y Erden en la preparación, y que fuera de casa nunca pisan el podio, casi habría que tomarlos como outsiders. Además, durante la preparación han dejado unas sensaciones bastante malas.

Sensaciones totalmente contrapuestas a la selección de Rusia. David Blatt se desdijo de su idea de abandonar el banquillo ruso y la rodina se lo agradece. A pesar de perder al ruso-americano Robert Holden -se ha retirado- y a Kaun -lesionado-, ha recuperado a todo un Kirilenko y a Khryapa, de quien cabe recordar que acudió al último Mundial, pero su equipo -el CSKA de Moscú- no le dejó jugar.

Al contar con un único pívot puro -Mozgov-, Rusia juega mucho de cara y en transición, y no son pocos los analistas que ven en esta selección la reedición del campeón de 2007. Ya el año pasado pusieron en aprietos a los Estados Unidos, siendo un conjunto peligroso tanto para sus rivales como para sí mismo por ser impredecible. En ese sentido, que gente como Khostov o Fridzon le dé serenidad resultará vital para los de Blatt.

Por último, Serbia obtuvo la medalla de plata hace dos años y también mantiene el bloque. Los de Dusan Ivkovic, que además rozaron la final de Turquía 2010 para quedarse sin medalla, parecen un bloque consolidado bajo el liderazgo de Milos Teodosic, un hombre capaz de decantar una eliminatoria con un triple desde nueve metros.

No obstante, a pesar de la presencia de gente como Krstic o Keselj -recién recuperado de una lesión-, no es la Serbia más talentosa. Ivkovic ha dotado de seriedad a su representacija, pero ya hasta sus rivales los vigilan como candidatos a subir al podio, y deberán lidiar con esa presión. Y además han perdido a Velickovic, un ala-pívot capaz de abrirles la cancha a base de triples y juego de cara.

Demasiadas ausencias

Y, como no podía ser de otra forma, otras vez han de destacarse las ausencias. Pese a la siempre desequilibrante presencia de gente como Parker, Nowitzky, Luol Deng o Gallinari, se echarán de menos muchos nombres.

En ese sentido, y por diversas razones, Grecia se lleva la palma. Diamantidis, Papaloukas, Tsartsaris, Schortsanitis y Mavrokefalidis están fuera, dejando a Bouroussis y Calathes las riendas de la selección helena. Croacia tampoco se queda corta con las bajas -por razones médicas y técnicas- de Planinic, Banic, Loncar, Davor Kus y Roko Leni-Ukic, dejando el peso del combinado dálmata en Tomic y Barac.

Por último, Francia reza por no perder a nadie más. Primero fue Mickael Pietrus, más tarde Turiaf y el último, Diot. Y para colmo, la Eslovenia de Maljkovic: le faltan Becirovic, Brezec, Nesterovic, Udrih, Nachbar, Vidmar, Vujacic y Preldzic. Este último si estará en Lituania, pero jugando para Turquía.

apoyo masivo

El público lituano siempre se ha caracterizado por ser bastante «caliente». Pese a la ausencia de Kleiza, el equipo de Kestutis Kemzura figura en el grupo de favoritos para llegar a semifinales, y a esas alturas no le faltarán ánimos de su siempre leal hinchada.

El junior Van Oostrum, el más precoz de los «vascos»

Caja Laboral Baskonia y Bizkaia Bilbao Basket disponen en total de siete jugadores en este Eurobasket de Lituania. Los helenos Vasileiadis y Mavroeidis representan a los hombres de negro -Mumbrú se ha retirado de la selección hispana, y Hervelle caía lesionado el pasado sábado-, mientras que el cuadro gasteiztarra reparte a sus cinco representantes en otras tantas selecciones: San Emeterio -España-, Teletovic -Bosnia-, Nemanja Bjelica -Serbia-, Milko Bjelica -Montenegro- y Devon Van Oostrum -Gran Bretaña-.

Este último protagoniza la más sorprendente de las presencias de jugadores de clubes vascos. Van Oostrum, un base escolta -combo guard- de dos metros y 18 años -el segundo jugador más joven del Eurobasket-, aún no forma parte de la primera plantilla baskonista, y se le busca una cesión en LEB Oro para formar para terminar de formarse.

En el Eurobasket sub'20 B Van Oostrum promedió 13 tantos, 7 rebotes y 5 asistencias. Según Alfredo Salazar «le costó adaptarse, pero es muy atlético y fuerte. Si termina de centrarse, podemos tener a un futuro Calderón». Con suerte, en la primera fase el «viejo» Calderón y el «nuevo» se cruzarán en la cancha. ¿A quién se habría de animar entonces? A. G.

Ausencias

Bien sea por lesiones, decisiones técnicas, o retiradas, una vez más habrá infinidad de ausencias en este Eurobasket. Grecia se lleva la palma, pues ha perdido toda su columna vertebral: Diamantidis, Papaloukas, Spanoulis y Sofoklis Schortsanitis.

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