El abordaje en el Sielba cerró la jornada prefestiva que empezó con un almuerzo, olimpiadas y comida que organizó Irunberriko Barraka. Ésta organización se encargará del «programa alternativo, que incluye la participación ciudadana», explicó uno de sus miembros, Mikel Balenzia, momentos después de que Rebolé prendiese la mecha. Añadió que «el programa oficial no incluye a todos los públicos, sea por edad o por tendencia y, por ello, se crea éste». Irunberriko Barraka lleva más de 25 años ofreciendo alternativas a los actos del ayuntamiento.

Balenzia comentó que el programa alternativo lo han creado entre «los jóvenes de Irunberri, colectivos y agrupaciones» y que «el dinero recaudado en fiestas con la txosna y otro actos» se reparte «entre ellos y algunas agrupaciones solidarias a las que se les dona». Entre los contenidos destacó la comida solidaria de los presos, la Barrikote Afaria y el concierto del jueves ofrecido por grupos del pueblo.

Otro acto que subrayó fue la kalejira previa al chupinazo que se hizo para «llevar la ikurriña por las calles del pueblo hasta el Ayuntamiento». Sobre el abordaje en el Sielba explicó que se trató de una bajada del río con barcas «construidas por nosotros mismos». El programa alternativo, recoge actividades para «todos y todas». Balenzia comentó que «por ejemplo el domingo será el día de los niños». Hoy se celebra el «Eukal Herriko Eguna, y bailaremos la Independantza», concluyó.

El chupinazo

Lo cierto es que lo consiguieron. A las 11.50 una veintena de ikurriñas ondeaban a lo largo de la Calle Mayor. Además algunas colgaban de los balcones y entre las casas. Otra se encontraba en el balcón de la Casa Consistorial. Mientras tanto en el interior del edificio, la corporación entregaba los reconocimientos al equipo de fútbol sala C.D. Ilunberri, campeón de Nafarroa, y a los ganadores del concurso de carteles.

Después, el encargado de lanzar el cohete, Joaquín Rebolé, se mostró algo nervioso. Explicó que «espera una fiestas alegres, en las que nos olvidemos de los problemas cotidianos y sirvan para vivir en armonía». Además el edil de AIL esperaba que «tras ellas se puedan encarar los sucesos del pueblo y la vida con otra mirada, una perspectiva constructiva». Afirmó que desea que «los lumbierinos y lumbierinas dejen aparte sus preocupaciones para disfrutar de unas fiestas distendidas». Rebolé recordó especialmente a los habitantes recientemente fallecidos y, sobre todo, a sus padres.

Por su parte la representante de Bildu en Irunberri, Iraide Ongai, subrayó que «a pesar de que con el programa oficial es difícil», espera «unas fiestas en euskara, participativas y libres». Criticó que a la hora de organizar los actos el pueblo y sus representantes no hayan tenido opción de opinar. «El programa vino a la sesión plenaria hecho y solo tuvimos que votar, no hubo oportunidad de incorporar nuevas alternativas» explicó Ongai. Añadió que «al menos hemos conseguido que algunos actos se hagan en euskara, porque realmente era algo que prácticamente no se incluía».

A sus ciudadanos les pidió que «lleven el euskara en la boca y lo usen, porque la mayoría saben hacerlo». Dedica estas fiestas, sus primeras en el Ayuntamiento, «a los que no están y no pueden estar».

Así, antes de las 12.00 Rebolé salió a uno de los superpoblados balcones del ayuntamiento con el micrófono en una mano y el mechero en la otra. En la calle varios niños, jóvenes y no tan jóvenes del pueblo, esperaban a que el cohete se lanzase. Algunos llenaban la Calle Mayor de ikurriñas y otros se mojaban en una guerra de globos de agua, en la que hubo algún que otro daño colateral. Los gigantes, gaiteros y la charanga aguardaban en el porche y el patio del Ayuntamiento.

A las doce del mediodía llegó el momento. Rebolé cogió el micrófono, la guerra de globos se detuvo y el concejal gritó: «Lumbierinos, lumbierinas. ¡Viva San Ramón! Gora San Ramon!». Después se dirigió a ellos en euskara y dijo: «Irunberritarrak... -se calló durante unos segundos y continuó- Gora Irunberri!». Tras esto dijo «que paséis unas felices fiestas», y prendió la mecha. Al reventar el cohete, los globos volvieron a volar y, algunos de ellos, con un nuevo objetivo: el balcón del Ayuntamiento.

Tras el inicio oficial de las fiestas los dulzaineros comenzaron a tocar el redoble en sus tambores y con las gaitas los gigantes se levantaron y salieron a la calle rozando los arcos del porche. Después de la salida del cuarto gigante salió la charanga, que arrastró a la gente con su música a lo largo de la Calle Mayor, dejando algo más calmada la zona de la Casa Consistorial.

Homenaje a la ikurriña

A las 14.00, en la plaza del pueblo se realizó un acto en favor de la ikurriña. El homenaje lo presenció, entre otros, Txelui Moreno, que leyó un comunicado en el que se recordaba la historia del Reino de Nafarroa y también de la Ikurriña. Además de la lectura de este manifiesto, en el acto, se le bailó a la enseña.

Después del homenaje, en la Plaza de la Erica, se llevó a cabo una comida en favor de los presos y presas de Euskal Herria.