MODA
Mudando de piel en cada estación
Siempre trabajando con la mente puesta en la próxima temporada, mientras el verano transcurre las colecciones de las firmas de moda para el otoño-invierno ya llegan a las tiendas. Son piezas que nosotros vestiremos mañana y que para sus creadores son casi pasado, pues trabajan ya en la moda del año que viene.
A. BILBAO | BILBO
Buscando conocer lo que varias firmas de moda de Euskal Herria han preparado para la próxima temporada otoño-invierno, hemos aprovechado para conocer más de cerca este difícil pero fascinante y singular mundo, hablando para ello con una firma veterana y de prestigio como la guipuzcoana Minimil, y con otra que se asienta, la vizcaina Ambrosia Pitigüil, además de conocer el trabajo de una joven diseñadora, Pilar de Miota.
Antes de comenzar a hablar de tendencias de moda para la próxima temporada, «hoy en día en el mundo hay de todo, es muy ecléctico», advierte Ana Zuaznabar desde Minimil. «No hay una línea en común, sino que hay muchas líneas; hay moda más rabiosa, más clásica, vanguardista...». En cuento a la firma que ella dirige junto a su hermana Beatriz y su madre, Contxu Uzkudun, «filtramos las tendencias que pensamos son las interesantes y creamos nuestro estilo: austero, de calidad y no de masas, sino de una mujer que se quiere diferenciar». Un espíritu que Minimil lleva años trabajando y mostrando en las tiendas propias que la firma guipuzcoana tiene en Barcelona, Valencia, Donostia, Bilbo, Gasteiz...
«Fabricamos con un cuidado muy muy estricto de la calidad, tanto de los tejidos como de la confección», remarca Zuaznabar. «La calidad es `made in Euskadi'; el aspecto más cuidado de costura tiene un sello característico de la fabricación de aquí». Además, «queremos mimar a nuestros clientes y hacemos estilismo para ellos. Es decir, la persona que entra en nuestro mundo, el mundo Minimil, dispone no solo de una prenda sino de un total look que se le aconseja. Esa es nuestra forma de ver las cosas».
Minimil relata su propuesta para el próximo otoño-invierno. «Hemos planteado una paleta de cámeles, Navy Blue [azul marino], grises, negros, color brisa, eucaliptos...»; en cuanto a tipo de calidades, «lanas, sedas... siempre las mejores calidades que hay en el mercado».
La firma guipuzcoana trabaja ya con vistas a la temporada del verano que viene, el de 2012. «Y la propuesta para el otoño-invierno también se ha preparado durante un año. Se va definiendo el colorido que creas, las calidades y los volúmenes que quieres... Se realizan los bocetos y el patrón; las compras de tejido para las muestras, se define la calidad, la cantidad de tela necesaria...». Por lo tanto, hasta que la prenda llega a la tienda, «la globalidad de la colección se ha definido trabajando todo un año en ella». Y es que en Minimil quieren recalcar su apuesta por el estudio, el trabajo y el buen hacer como señas de identidad. «En este mundo tan competitivo, estamos siempre en la brecha, por el cuidado del producto».
Trabajo en familia
Las hermanas Susana y Beatriz Vaciero crearon, hace aproximadamente una década, Ambrosia Pitigüil en Bilbo. «Comenzamos realizando complementos, sobre todo bolsos, hasta que los clientes empezaron a demandarnos ropa; por lo que llevamos un lustro creando colecciones de ropa. Y no tiene nada que ver. Con los complementos tardas mucho más, y la ropa te da más satisfacciones. Además, tiene mejor salida y el volumen de ventas crece», explica Beatriz desde el mostrador del punto de venta que la firma posee en Bilbo. «Hasta ahora vendíamos a tiendas multimarca de jóvenes diseñadoras y la empresa se nutre básicamente de lo que vendemos a otras tiendas, pero la idea es crear puntos de venta propios y abriremos en breve otra tienda en la ciudad. Así se podrá disponer de toda la colección, pues es difícil que te la compren entera en otra tienda».
Beatriz estudió Historia del Arte y su hermana Susana proviene del mundo de la empresa. «No hemos estudiado diseño de moda. Al principio lo hacíamos todo nosotras y cuando comenzamos a diseñar bolsos parecía un hobby», recuerda Beatriz los inicios. «Teníamos las ganas y la necesidad de hacer algo nuestro. Las dos hermanas somos muy diferentes pero fusionamos nuestros mundos y ha funcionado. Ahora es nuestro trabajo y no nos podemos quejar».
Ambrosia Pitigüil, nombre que surge de un juego infantil de la familia Vaciero, presentó la colección otoño-invierno en mayo. «Nosotras trabajamos con dos estaciones de antelación, pero hay quien está trabajando ya para la temporada otoño-invierno del 2012».
«Hemos enfocado la colección con muchísimo color y dos líneas dentro de la misma, una de día muy versátil, y otra de noche muy oscurita; por lo que puedes encontrar el mismo vestido con colores fuertes y vibrantes para el día y con azules marinos para la noche», explica. «Nos cuidamos muchísimo de que los patrones sienten muy bien, y lo vamos consiguiendo. Queremos que nuestras prendas sean versátiles y muy femeninas. Buscamos que los colores y los tejidos favorezcan, pero le damos mucha importancia al corte del vestido», detalla Vaciero, a quien también preocupa que las prendas tengan un precio asequible. «A las chicas de hoy les gusta prepararse pero que no se note excesivamente que han pasado horas delante del espejo; ni llevar un atuendo muy complicado y recargado, por lo que buscamos que se note el trabajo de patrón pero que no sean piezas que llamen la atención». Por otra parte, «es importante estar a pie de tienda con nuestras clientas para ver su evolución», apunta Vaciero.
Ambrosia Pitigüil reconoce que el de la moda es un mundo difícil. «Desde que comenzamos muchas marcas lo han dejado. Es difícil vivir de ello, te puede funcionar muy bien pero vas teniendo dificultades a lo largo del camino y hay que pelear mucho todas las temporadas. El trabajo comercial con las tiendas es complicado (cambian de lugar, de concepto...) y más que encontrar clientes, lo difícil es que estén dispuestos a conservarte. La gente se cansa mucho de las tiendas, somos muy de cambiar, muy caprichosos».
Marcar tendencia
A pesar del eclecticismo del mundo de la moda en la actualidad, de la que advertía Zuaznabar, existen unas sendas generales por las que todas las firmas transitan. «Los grandes creadores, que en el mundo de la moda son cinco, marcan tendencia mirando el tipo de mundo en que vivimos: arte, vanguardia, arquitectura, el día a día de la gente, todo lo que te rodea -detallan desde Minimil-. Después crean una serie de paletas de color, unos volúmenes...». El resto, «los pequeños, vamos observando lo que están haciendo `los grandes', para escoger el que más te va. Así te defines con lo que a ti te gusta y también con lo que tú aportas. Es un mundo de tendencias, igual que pasa, por ejemplo, en el de los coches, que todos tienen un concepto similar». En este punto Vaciero coincide con Zuaznabar. «Hay una especie de gurús de la moda que marcan tendencia de lo que saldrá, desde larguras hasta colores. Después, aunque tratamos de ir a nuestro aire y no contaminarnos del todo, asimilas la información a tu manera y la enfocas en tu marca».
Buscando la (tópica) prenda clave para un armario, «no creo que haya una prenda clave que siempre debe de estar en el armario -contestan desde Minimil-. Es la persona la que elige, no hay una prenda que no puedes dejar de tener. Si te apetece la tendrás y si no, no». En Ambrosia Pitigüil, sin embargo, «se trata de introducir alguna que pueda combinar con temporadas anteriores», aclaran.
Desde Minimil, y preguntada sobre el concepto «la mujer vasca», Zuaznabar traslada una reflexión interesante. «Hoy en día está todo globalizado. Por desgracia, cada vez hay menos singularidad. Sí que somos más austeros, pero el origen no marca la tendencia. La calidad de vida, el status y una determinada cultura que posea una mujer es lo que diferencia. Marca más el tema social, económico y cultural que el haber nacido en un sitio concreto».
Para finalizar, cuestionamos a ambas firmas por la moda para hombres. En el caso de Minimil, no trabajan colecciones para caballero. «Tenemos muchos admiradores que nos demandas línea de hombre, pero nos absorve nuestro trabajo -reconoce Zuaznabar-. Si el día tuviese 48 horas, quizá...». Por contra, Ambrosia Pitigüil se plantea comenzar a realizar prendas para caballero. «La idea es empezar con camisas (para primavera-verano). La verdad es que al principio diseñábamos bolsos para chicos y lo hacíamos bonito, pero no tenemos tiempo y... no dais de comer», reconoce Vaciero.
A diferencia de Minimil y Ambrosia Pitigüil, Pilar de Miota no dispone de punto de venta propio y no ha preparado una colección completa para el otoño-invierno, pues «trabajo en una empresa de ropa de niños y después realizo mis diseños por mi cuenta». Unas creaciones enfocadas a una mujer que se encuentre cómoda con ellas -no destinadas a una edad concreta-, de estilo «un poco retro y naif».
Además de camisetas, vestidos y faldas, «realizo muchos tocados, pero voy a dejar de hacerlo. Creo que están muy de moda, demasiado, y ahora se encuentran por todas partes». En cuanto a la temporada otoño-invierno, «he realizado solamente algunas prendas sueltas, siguiendo siempre el mismo estilo, cambiando los colores... Se trata de procurar ir a la moda pero manteniendo tu propia identidad; si solamente te adaptas a lo que se lleva, vas mal».
Miota realizó sus estudios de diseño, primero en Bilbo y más adelante en Barcelona, donde realizó un máster de diseño escénico; para teatro. «Después me surgió la opción de ir a trabajar a Inditex a A Coruña». Una vez de regreso a Bilbo, tras varios años de experiencia, «comencé a realizar mis propios diseños, pero no de forma tan profesional o continua como desearía, pues es un mundo muy difícil». Miota vende sus piezas tanto por medio de su página web como en distintas tiendas de Donostia, Zarautz, Barcelona... «hay que realizar una labor comercial importante para ello».
Miota no trabaja ropa de caballero, «y no sé por qué no. Sale más de mí realizar ropa de mujer, quizá porque al diseñar piensas en ti misma».
En cuanto a lo básico en un armario, la vizcaina lo tiene claro. «Tienes que buscar piezas que te sienten bien a ti, que vayan bien con tu cuerpo y con tu forma de ser; y adaptarlas con complementos y cosas de temporada».