La pluralidad amputada
La recepción del lehendakari Patxi López por el diputado general de Gipuzkoa, el alcalde de Donostia y la presidenta de las Juntas Generales de Gipuzkoa en el palacio Miramar era motivo de expectación, pero el adelanto y la brevedad del acto no permitieron que todas las cámaras que se concentraron recogieran el momento. No obstante, no sólo lo susceptible de ser recogido por el objetivo es evidente y llamativo. El primer Consejo de Gobierno dio comienzo al curso político aprobando el proyecto de Ley Municipal y a su conclusión Patxi López hizo unas declaraciones sobre la pluralidad política existente en la Comunidad Autónoma Vasca que llaman la atención precisamente por provenir del lehendakari del Gobierno de Gasteiz.
Esa pluralidad que, según López, se refleja en el Gobierno vasco y las tres diputaciones, gobernados por cuatro fuerzas políticas diferentes, constituye «una oportunidad inmejorable para construir la cooperación institucional y la coordinación de esfuerzos colectivos, aceptando la pluralidad de este país». Sin embargo, quien preside un gobierno gracias a la exclusión de un sector de esa sociedad tan plural quizá no sea la persona más idónea para apelar a esos objetivos. Precisamente el Parlamento que valiéndose de esa exclusión eligió a un lehendakari del PSE y, por tanto, no representa esa pluralidad, debatirá la ley cuyo proyecto aprobó ayer el Consejo de Gobierno. Así, los representantes de miles de ciudadanos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa no podrán participar en ese debate, dándose la perversa paradoja de que la fuerza política que más concejales tiene en esos tres territorios no podrá debatir sobre la Ley Municipal.
Esta elemental y grave contradicción aflora en cada aparición pública de Patxi López desde el día que accedió a su cargo, pero no es óbice para que constantemente reclame, como hizo también ayer, pasos a los demás desde la más insolente inmovilidad.