13º Campeonato del Mundo
Isinbayeva es la víctima en una noche de podios en blanco y negro
La gran pertiguista rusa sufre su tercera gran decepción y se queda fuera de un podio encabezado por Murer. Rudisha se corona en unos 800 metros con todos los ingredientes. Kirani James, la última perla caribeña, se merienda al consagrado Merritt en los 400.
Miren SÁENZ
Los pronósticos del 'Daily Programme' no fallan, aunque esa no sea la intención de la revista del certamen que recoge la agenda de la jornada. Atleta que aparece en la portada, atleta que se convierte en el inevitable protagonista del día para mal. Lo que empezó siendo una coincidencia ha adquirido tintes de maldición. Le pasó el primer día al Loco Hooker, el campeón olímpico de pértiga que no pasó la calificación el día de la inauguración; el segundo fue para Usain Bolt y su despiste del siglo, el tercero para el plusmarquista Dayron Robles, descalificado en los 110 metros vallas después de ganar el oro y ayer le tocó a la antaño intocable Yelena Isinbayeva.
Por segundo mundial consecutivo al aire libre y tercero contabilizando el Mundial indoor de Doha, la zarina de la pértiga lloró de decepción. La propietaria de 27 récords mundiales -la primera y, de momento la única capaz de superar los 5 metros, la que ganaba los concursos con su primer salto y esperaba tapada bajo una manta su gran momento mientras las demás escalaban poco a poco- sólo pudo ser sexta para pasar a engrosar la lista de megaestrellas maltratadas en Daegu con 4,65, su altura inicial. Ayer cometió un nulo en 4,75 y como ya no le valía para las medallas se reservó para el 4,80. Falló en sus dos intentos y las demás siguieron.
Fabiana Murer, la mejor de la temporada, protagonizó un concurso impecable hasta los 4,80, donde necesitó dos tentativas. Se coronó con 4,85. Todo estaba en su sitio para la saltadora carioca, oro indoor y ahora al aire libre entre las destacadas: «La temperatura, la pista y el público estuvieron estupendos», mencionó encantada.
Una estupenda embajadora de la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 para una prueba técnica y compleja en la que el factor psicológico se antoja esencial. «Ahora, en Brasil, la gente está empezando a conocer el salto con garrocha. Está creciendo y las niñas están interesadas en la prueba», mencionó Murer, cuya cotización se elevará a partir de ahora en las reuniones de la Diamond League. Elegante no quiso hacer leña del árbol caído. «Era difícil para Yelena porque cambió de entrenador y necesita más tiempo para acostumbrarse», mencionó ante la decisión de la estrella de Volvogrado de regresar con Trofimov, su mentor, y el hombre que convirtió aquella gimnasta demasiado alta para el potro en la mejor pertiguista de la historia, aunque ayer no pudiera demostrarlo. La última vez que se llevó una decepción semejante se fue al prestigioso mitin de Zurich y batió por última vez su récord (5,06). Luego se tomó un año sabático. Esta vez, con Londres'2012 a la vuelta de la esquina, no se lo puede permitir.
«He perdido de nuevo, pero soy optimista. El año olímpico es más importante y espero borrar de la memoria todo antes de ir a Londres», dijo la rusa intentando darse ánimos y dejando claro que «si no hubiera estado en condiciones, no hubiera salido a la pista. Todo estaba preparado para la victoria, pero no sé qué ha sucedido».
La alemana Martina Strutz sí lo supo y se colgó la plata con 4,80, lo que significa nuevo récord germano, mientras a Feofanova, la otra gran rusa de la disciplina que parecía llamada a inaugurar los cinco metros antes de la llegada de Isinbayeva, se la veía feliz con bronce.
Cazando otro león
Mientras las últimas pertiguistas afinaban sus saltos, las carreras producían podios en blanco y negro. Preciosa resultó la final de 800 metros, con el presente y el pasado de la prueba coincidiendo sobre la pista azul y luego en el cajón de las medallas. David Rudisha pasó con nota la prueba de fuego dominando sin tregua ante el sudanés Kaki, otro joven ochocentista sobrado de talento, y ante Borzakovskiy, el campeón olímpico en Atenas'04, que ya ha dejado de poner en práctica aquellas extrañas maniobras de ir el último y progresar a la cabeza porque ni tiene la fuerza de antaño ni está para riesgos. Capaz de lo mejor y lo peor, «perro viejo», o en este caso haciendo honor a su apellido habría que decir «galgo», el ruso de la última década alcanzó el bronce superando a los dos polacos, el estadounidense, el etíope y otro keniata.
Rudisha sale reforzado. Tras las semifinales de Berlín no había perdido una carrera. Pero Daegu no era uno de sus mítines en los que el keniata se maneja como en casa. El joven masai, que hace un año en la reunión de Rieti borró a Kipketer de las tablas de récords (1:41.01) y sus paisanos compararon su gesto con cazar un león, quizás considere que se ha cobrado su segunda pieza.
Con 22 años tiene margen para contribuir a la cosecha familiar iniciada por su padre, David, un buen cuatrocentista que llegó a colgarse la medalla de plata con el relevo largo en los Juegos Olímpicos de México'68.
Sin grandes marcas pero con buena dosis de emoción se solucionaron los 400 metros que encumbran a Kirani James, que alcanzó sobre la bocina a LaShawn Merrit. El estadounidense lideró la carrera en la calle cuatro e incluso a la salida de la última curva siguió en progresión. James, invicto esta temporada, se negó a perder esa condición.
De Granada a Arizona
Tres centésimas le bastaron para suplantar al anterior campeón aunque para ello tuviera que firmar la mejor marca de su vida (44.60). Fue un magnífico regalo de cumpleaños para este joven que mañana cumple 19 y, aunque entrena en Alabama, ha puesto a Granada en el mapa del Mundial, otro pequeño país con dos representantes en la vuelta a la pista.
«La gente de Granada es la más amistosa del mundo y en este momento debe ser la más feliz del mundo. Ha vuelto el carnaval a casa», declaró James imaginando las celebraciones. Confía en que la nómina de granadenses caribeños se mantenga al alza y ambicioso lo dejó caer: «Espero ver más gente de Granada triunfando en el atletismo, que los atletas de nuestro país estén preparados para los Juegos Olímpicos de Londres'2012 y que podamos hacer grandes cosas», matiza.
Merritt, campeón olímpico en Beijing y mundial en 2007 y 2009, se conformó con el resultado. Suspendido durante 21 meses, llegó justo para defender su título y pese a la falta de competición parecía no haberse ido. «Estaba centrado en llegar a meta y no ejecuté los movimientos que debía. No sé lo que hice mal pero lo comprobaré viendo las imágenes. Vine con un plan y casi lo hice, pero la carrera es pasado. Tengo una plata y estoy en el podio. Me siento bien físicamente y con salud. Ésa es mi única preocupación».
Con los gemelos Borlee apretando de lo lindo, peor le fue al jamaicano Gonzales que se quedó entre los dos y sin medalla. Kevin, oro europeo en Barcelona'2010, hizo méritos para el bronce y Jonathan fue quinto.
3.000 metros obstáculos
Otra campeona continental Yuliya Zarudneva, la misma que superó a Marta Domínguez en Barcelona y perdió ante ella en Berlín, le sucede ahora en el palmarés. La española fue madre hace tres meses y ha estado en el ojo del huracán de la Operación Galgo, pero mucho deberá apretar para situarse a la altura de Zarudneva si vuelve para los Juegos como es su intención. La prueba, de reciente creación en el ámbito femenino, está hecha a la medida de rusas y africanas. Fue un monólogo de Zarudneva que dominó con una gran marca 9.07.03, ante la tunecina Ghribi y la regular Chenos.
Asafa Powell, el predecesor de Usain Bolt como plusmarquista mundial de los 100 metros, cree que la salida nula de su afamado compatriota demuestra que el hombre más rápido del planeta es humano y apunta que pudo distraerse al mirar al postrero campeón, Yohan Blake.
«En cámara lenta, se ve a Blake moverse primero. Usain le miraba. Me pregunté por qué el juez de salida no lo señaló. Quizá no podía verlo porque Bolt estaba entre los dos y Bolt es voluminoso. No sé, aún no lo he hablado con Usain», manifestó Powell en una entrevista publicada ayer por el periódico deportivo "L'Équipe".
Powell, que se esperaba fuera el gran rival de Bolt en la prueba reina, renunció a correr el hectómetro por una lesión de abductores, por lo que los Juegos Olímpicos de Londres, que se celebrarán dentro de once meses serán la próxima gran cita en la que los jamaicanos Bolt, Powell y Blake podrán medir sus fuerzas.
De cara a esa competición, Powell considera que el nulo de Bolt le hace «humano. Es importante psicológicamente, puede cambiar el ánimo de los adversarios», precisó el hombre que llegaba con la mejor marca de la temporada y dos días antes se dio de baja.
El velocista reconoció que, aunque no le gusta la regla vigente sobre las salidas nulas (cualquier salida falsa lleva a la descalificación), la prefiere a la norma precedente, que permitía una falsa para el conjunto de participantes y después descalificaba a cualquiera que saliera antes de tiempo. «En fin, que me gusta más esta regla. Y a Kim Collins también», bromeó en referencia al bronce, un veterano de 35 años que cuando ganó en París'2003 también se consideró sorpresa. GARA