Frente común contra una central nuclear en una zona kárstica al este de Moscú
O. N. (AFP)
«No queremos un nuevo Chernobyl al lado», resume Elena Kolokoltseva, quien pasea, embarazada, con su hija por las calles del centro de Mourom.
Los vecinos de la localidad, junto coin científicos, ecologistas y políticos locales han hecho causa común contra la construcción de una central nuclear en esta región, conocida por sus suelos kársticos muy inestables. El terreno seleccionado para la central Nijegorodskaia está situado en Monakovo, a 20 kilómetros de Mourom (300 kilómetros al este de Moscú), en una zona calcárea donde el suelo se hunde habitualmente.
Los kars, zonas calcáreas creadas por la acción de aguas subterráneas que disuelven el carbonato de calcio, se forman durante cientos de miles de años pero los derrumbres se producen súbita e imprevisiblemente. Nina Tchaikovskaia, geofísica especialista en este fenómeno, asegura que «les he dicho a mi familia y amigos que si comienzan a construirla habrá que hacer las maletas».
Rosatom, el grupo público ruso de energía atómica, se niega a suministrar los informes de expertos y justifica el emplazamiento por ahorro económico.