Internacional
Los «killers» han vuelto
Jornada de goleadas y hat tricks, y no sólo en la Liga española. Wayne Rooney logró su sexto triplete en el histórico 8-2 que recibió el Arsenal, justo en la temporada en la que celebra sus 125 años, mientras el valencianista Soldado hizo tres y otro más en propia meta.
Joseba VIVANCO
«La meta es el camino», dejó escrito Confucio. Y este pasado fin de semana los mejores killers del panorama futbolístico europeo le hicieron caso y buscaron la meta rival. Un orgasmo futbolístico recorrió un buen número de estadios donde los porteros, esos protagonistas de los que el escritor Juan Sasturian dice que no juegan al fútbol, sino que hacen «otra cosa», lo pasaron rematadamente mal.
Wojciech Szczesny, el arquero polaco del Arsenal al que el club tuvo que pedirle en su día que dejara de escribir tantas tonterías en su twitter personal, se llevó la palma. Y con él, todo un histórico del fútbol británico que, precisamente, esta temporada cumple su 125 aniversario. Manchester United 8, Arsenal 2. Los del norte de Londres sólo habían encajado 8 goles en partido oficial una vez, ante Loughborough (8-0), un 12 de diciembre ¡de 1896!, en la Division 2.
Desde esta jornada, en los derbis entre estos dos grandes de la Islas ya no se hablará más del `Pizzagate' de aquel octubre de 2004 cuando, tras un duro y bronco partido entre ambos -el delantero español de los cañoneros, José Antonio Reyes, llegó a comentar: «En toda mi vida deportiva no he recibido tantas patadas como en Manchester. Fue el partido más duro que he jugado jamás»-, en el túnel de vestuarios, en plena refriega, sir Alex Ferguson recibió un `pizzazo' en plena cara.
De tres en tres
«Todos nos quedamos boquiabiertos mientras veíamos cómo la pizza le caía por la cara y terminaba pegada en su elegante traje negro», escribiría en su biografía el defensor Ashley Cole. Tres meses después, Fergie y Arsène Wenger prometieron poner fin a su guerra dialéctica, una vez que la Asociación Inglesa de Fútbol, los promotores de la Liga nacional, el Ministerio de Deportes británico, e incluso la Policía, les exigieran resolver sus desavenencias.
En adelante, un nombre estará en boca del derbi, más allá del marcador: el de Wayne Rooney, ese niño malo del que Ferguson dijo que «cuando lo fichamos con 18 años, todo el mundo decía: `¿Cómo será con 21 años?'. Ahora que tiene 21, la gente dice: `¿Cómo será con 25?'. Estaba escrito que fuera siempre así».
Está cerca de los 26, ¿cómo será con 29? El domingo, los diablos fueron demonios y Rooney fue Lucifer. Logró su sexto hat trick con el Manchester, igualando, entre otros, a Van Nistelrooy. Y también igualó con 105 goles a Ryan Giggs como máximo goleador del United en la historia de la Premier. Rooney, tras sus escándalos sexuales mientras su mujer estaba embarazada, ha vuelto, quién sabe si ayudado por ese injerto capilar que le ha costado 34.000 euros.
Pero no ha sido el único nombre propio goleador de este fin de semana. El bosnio Edin Dzeko, delantero del colíder Manchester City, hizo cuatro de los cinco goles que le endosaron a un errático Tottenham, reivindicándose como el ariete que ya deslumbró en el Wolfsburgo hace dos temporadas. Un City en el que debutó el francesito Samir Nasri, quien -así le va al Arsenal- en 3 años como gunner hizo 7 asistencias de gol en partidos de Premier; en su primera tarde como citizen, ya van dos.
También se estrenó y marcó Juanín Mata con su renqueante Chelsea, que ganó al recién ascendido Norwich, equipo donde jugó en su día el primer futbolista negro en alcanzar el millón de libras por su traspaso, Justin Fashanu, al Nottingham Forest. Un jugador al que se la abrió entonces un gran futuro futbolístico, que se truncó al declarar públicamente su homosexualidad. ``Futbolista de un millón de libras: Sí, soy homosexual'', tituló ``The Sun''. Eran los años 70.
Ahí se acabó su carrera, y su vida entró en una decadente espiral: en tres años llegó a alinearse hasta con diez equipos diferentes. El 3 de mayo de 1998 su cuerpo sin vida fue encontrado colgando de una soga en un garaje abandonado en Shoreditch, al norte de Londres.
Quien sí sigue en lo alto del circo futbolístico es otro romperedes que no se cansa de sumar en su casillero, Super Mario Gómez, el artillero del Bayern Munich, que logró su séptimo hat trick ¡en sólo siete meses! Y también tres tantos hizo el portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo, que acumula 69 goles en 64 encuentros de liga.
Otros tres hizo el ex-sevillista Aleksandr Kerzhakov con el Zenit, en una Liga rusa en la que el estadio Luzhniki, que llenó sus 80.000 asientos, asistió al derbi moscovita entre el CSKA (acrónimo español de Club Deportivo Central del Ejército) y el Spartak de Karpin, el equipo más popular de Rusia. Como lo es Eto´o, ese hombre que ha redefinido el término `breve' y que pasa a significar «en 2 horas y 24 minutos», o tiempo en que el camerunés gana 6.048 euros. Al menos, marcó su primer gol. «No voy por el dinero», dijo.
Tres delante, y uno detrás
Aunque para hat trick el del valencianista Soldado, que no sólo le hizo tres tantos al Racing, sino que se metió otro más en propia puerta, algo inédito en el fútbol español. Dos goles y uno en la meta propia sólo lo hicieron en Primera Manu del Moral (Getafe 2010/11) y Piru Gainza (Athletic 1948/49).
En la Major League Soccer estadounidense, el delantero Jeff Cunningham, de 35 años y del Columbus Crew, llevaba desde el 6 de julio esperando a lo que por fin ocurrió el sábado: firmar su gol 134, su coronación como máximo goleador histórico de la Liga estadounidense, en la cual compite desde 1998.
Por encima va ya Leonel Messi -nuevo capitán albiceleste-, que ante el Villarreal se coronó como máximo artillero de la historia en el Camp Nou, 101 goles. «Tendría que ir a jugar un torneo a Marte, a otro planeta», proponía el diario ``Olé''. Olé sí, para su portero Víctor Valdés, que ha superado a Zubizarreta vistiendo la camiseta del Barça. Y otro olé para el brasileño Neymar, papá con sólo 19 años.
Maradona ha sumado su primera victoria en un amistoso al frente del Al Wasl, y ya veremos lo que dura por aquellas tierras de los Emiratos donde sólo le entienden el uruguayo Juan Manuel Olivera, el chileno Edson Puch y el argentino Mariano Donda, los tres sudamericanos del equipo. Un estreno del que se debe de estar arrepintiendo Joaquín Caparrós en su aventura suiza. Se dice que el magnate que gobierna el club les amenazó a él y a sus jugadores en el vestuario tras empatar en casa, y que hasta hay futbolistas que se han inventado enfermedades para no ir a entrenar. Hechos que dañan la imagen de este deporte, como el que vivió el guardameta japonés del Lierse belga, Eiji Kawashima, quien obligó al árbitro a detener el partido después de que hinchas del Amberes entonaron cánticos del estilo «¡Kawashima-Fukushima, Kawashima-Fukushima!». El portero nipón se marchó a los vestuarios muy afectado y llorando al término del partido.
Aunque para llorar es lo del fútbol escocés, que no ha metido a ningún equipo en competiciones europeas, mientras que la Repúplica de Irlanda lograba hacerlo por primera vez en su historia con el humilde Shamrock Rovers. Al menos, a Escocia le queda la satisfacción de haber ganado este fin de semana la Copa Mundial de los Sin Techo. Por cierto, los 36 futbolistas presentes en el Hamburgo-Colonia de esta jornada pertenecían a 18 países diferentes; eso sí, el Oporto tiene ya 16 sudamericanos. ¡Ah! Y nuestro simpático Ajax Lasnamäe estonio perdió 0-7; ya lleva 166 en contra. J.V.