Bildu hizo ayer un llamamiento a las demás fuerzas presentes en la Mancomunidad de Iruñerria (candidaturas independientes, NaBai e I-E) para impedir que esta institución vuelva a convertirse en «objeto del intercambio de cromos entre UPN y PSN» en la asamblea que celebrará el próximo martes para designar a su presidente. Y destaca que tras las elecciones del 22 de mayo es posible que el cambio llegue a esta institución y pase a estar dirigida por una persona de consenso que ponga en marcha un programa propio.

La presidencia de la Mancomunidad de Iruñerria, organismo que agrupa a los ayuntamientos de la comarca y se encarga, entre otros aspectos, de gestionar la recogida de basuras y el transporte público, se convierte habitualmente en un elemento de las negociaciones entre UPN y PSN para el reparto de las instituciones navarras.

Así, en la pasada legislatura UPN premió el apoyo del PSN «cediendo» la Presidencia de la Mancomunidad a Javier Torrens, cabeza de lista de la candidatura del PSN en Iruñea.

En esta ocasión, la jugada puede volver a repetirse. Además, de formar parte del Gobierno de Yolanda Barcina, el PSN ha permitido el acceso de UPN a ayuntamientos de Iruñerria. En el caso de Iruñea, por ejemplo, el voto en blanco de los tres ediles del PSN abrió las puertas de la Alcaldía a Enrique Maya (UPN).

Desde entonces, el PSN ha marcado músculo en el Patronato del Teatro Gayarre, presentando como candidato a José María Asín, y creando un quebradero de cabeza a Maya.

Sin embargo, UPN y PSN tienen un acuerdo, como destacan desde la formación de Roberto Jiménez, para que José Muñoz, ex alcalde de Burlata, presida la Mancomunidad.

Maya ha querido marcar terreno y reclama al PSN una rectificación en el tema del Gayarre para apoyar a Muñoz, lo que no parece un obstáculo para que el pacto llegue a buen puerto.

Frente a esta situación, Bildu llama a las demás fuerzas a alcanzar un candidato de consenso que lleve un programa progresista a la Mancomunidad, basado en una gestión de los residuos que priorice la reducción, el reciclaje y la reutilización; la puesta en marcha de un debate social sobre la incineración; y el impulso al transporte público mejorando las líneas, reduciendo las esperas y abaratando los billetes.