Amparo LASHERAS | Periodista
Los cantos de sirena del PNV
Es un atropello, un alarde de sectarismo y exclusión». Lo dijo el señor Erkoreka, diputado del PNV en la Cámara española, al conocer que la mesa del Congreso había rechazado la sugerencia de incluir el derecho de autodeterminación en la reforma de la Constitución. Con todo lo demás, es decir con la esencia neoliberal de la reforma impuesta por Merkel y Sarkozy, Erkoreka afirmó que él y su partido no tenían problemas, lo que, entrelíneas, refuerza la idea, por si alguno se ha despistado en la euforia de acumulación de fuerzas, que el PNV mantiene inquebrantable su identidad de partido de derechas, siempre al servicio del dinero y de su negocio. Tal vez por ello, la treta electoral de amor y defensa a los derechos de Euskal Herria, después de pactos y más pactos con España negando esos derechos, suena demasiado a falso, a cinismo y populismo ante un pueblo en el que sólo se buscan votos para legitimar y poner marchamo vasco a lo que impone el mercado financiero y que derivará, como ya se ha anunciado en Europa, en suculentas políticas de privatización de las que los jeltzales no desean ser «excluidos». El desastre social, el paro y el empobrecimiento que se cierne sobre Euskal Herria y otros pueblos, con las consecuencias de la reforma constitucional, no van con ellos porque nunca han ido. Ante el golpe de Estado económico, de la magnitud del que han preparado el PP y el PSOE, no caben enmiendas a medias tintas. El único camino es la activa denuncia política, la movilización social organizada y la dignidad de las luchas populares que se han olvidado. Todo lo demás suena como el canto de las sirenas que quisieron hechizar a Ulises.