Barack Obama, quien afirma estar «frustrado» por la inercia del Congreso de EEUU, se prepara para un duro retorno político frente a los republicanos, determinados a oponerse a sus planes para relanzar una economía estadounidense debilitada, cuando faltan 14 meses para las elecciones de 2012.

La primera escaramuza tuvo lugar el miércoles, antes del retorno de los legisladores de las vacaciones, la semana próxima, pero antes ya se habían enfrentado en relación a la deuda pública.

Obama, quien pidió pronunciar un discurso ante el Congreso para exponer su plan de recuperación del empleo, cedió a las exigencias de calendario del presidente republicano de la Cámara de Representantes, John Boeh- ner. Obama había pedido inicialmente pronunciar ese discurso el 7 de setiembre a las 20.00, al mismo tiempo que un debate televisado de los candidatos a la investidura republicana para la elección presidencial del año que viene. Pero Boehner le pidió que aplazara su alocución por un día, lo que terminó aceptando, informó AFP, aunque deberá competir en la pequeña pantalla con el comienzo del campeonato de fútbol americano.

«Hace tiempo que el Congreso no se concentra en lo que los estadounidenses esperaban de él», escribió Obama este miércoles por la noche en un mensaje electrónico a sus partidarios tras su disputa con Boehner. «Yo sé que ustedes están frustrados por eso. Yo también lo estoy», agregó.

La divulgación ayer de los datos de desempleo, que se mantiene en el 9,1% en una economía que no creó ningún empleo en agosto, no contribuyó a mejorar las cosas para Obama. Durante este tiempo, su nivel de popularidad va en caída libre y sus perspectivas de reelección en noviembre de 2012 se complican.

Deseosos de explotar la situación, los republicanos se aferran a sus posiciones económicas y juran rechazar cualquier reglamentación estatista.