La Ertzaintza detuvo ayer a un hombre de 62 años en el municipio guipuzcoano de Eibar acusado de agredir a su hermana con un hacha en plena calle, causándole heridas en distintas partes del cuerpo.

En declaraciones a GARA, el Departamento de Interior del Gobierno de Gasteiz explicó que la víctima, una mujer de 59 años, tuvo que ser trasladada al Hospital Donostia como consecuencia de las heridas producidas durante la agresión, que tuvo lugar a la una y cuarto del mediodía.

Según detalló la Policía autonómica, el detenido golpeó a su hermana con un hacha que llevaba oculta en el interior de una bolsa de plástico, produciéndole lesiones en la cabeza, en la espalda y en un brazo.

Sin embargo, los agentes de la Ertzaintza no pudieron detallar la gravedad de las heridas, y señalaron que será preciso esperar al parte médico para conocer con más exactitud la gravedad de las lesiones producidas durante la agresión.

Asimismo, la Ertzaintza se encuentra a la espera de conocer más detalles del caso, ya que, por el momento, los agentes desconocen si las lesiones que presenta la víctima se produjeron con el filo del hacha, o si por el contrario, las heridas fueron provocadas por la parte no cortante del arma.

Lo que sí tiene claro todo el pueblo de Eibar es que fue el arrojo de un ciudadano anónimo lo que salvó la vida de la mujer, ya que fue un vecino que paseaba por la calle quien impidió que la agresión continuara, sujetando al agresor.

Intervención anónima

Al presenciar la escena, el vecino, cuya identidad no transcendió ayer, decidió intervenir para detener la agresión. Tras agarrar al hombre, pudo telefonear para solicitar una ambulancia que atendiera a la víctima. A su llegada, el personal médico decidió trasladar a la mujer al Hospital Donostia, donde recibió tratamiento.

Por su parte, el vecino anónimo que paró la agresión se dirigió con el implicado hacia la comisaria de la Ertzaintza de Eibar, donde los agentes procedieron a su detención. Durante la jornada de ayer el arrestado permaneció detenido en las dependencias policiales, a la espera de ser puesto a disposición judicial.