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Baroja Collet y sus más recientes experiencias artísticas, en Bilbo

La galería bilbaina Krisis Factory muestra hasta el 1 de octubre los trabajos del artista eibartarra Baroja Collet. «Zantzuak» reúne una selección de esculturas, collages y grabados que nunca antes han sido expuestos. Por primera vez, ha trabajado también con acero inoxidable y confiesa que se siente un expectador de su obra, al mismo tiempo que siente que ha llegado a conseguir expresar sus experiencias tal como las siente.

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Ane ARRUTI |

«Llevo ya muchos años trabajando alrededor de las señas, señales, huellas, vestigios... `Zantzuak' representa eso. Es mi manera de enfocarme y de acercarme al mundo del arte», explicó Baroja Collet, artista eibartarra y profesor de grabado que desde 1998 no había expuesto individualmente en Bilbo y que, hasta el próximo 1 de octubre, muestra su trabajo en la galería Krisis Factory de la calle Estrauntza.

Grandes y pequeñas esculturas, diez grabados y siete collages conforman esta muestra en la que, por primera vez en su carrera, Baroja Collet ha trabajado con el acero inoxidable. «Normalmente trabajo siempre con hierro y las propias esculturas siempre han estado como en negro, es un color que me ha acompañado toda la vida, me he sentido muy a gusto con él. Ahora he empezado con el acero inoxidable y la razón es muy sencilla: El hierro se termina oxidando y estoy realmente harto de limpiar oxidaciones», confesó sin tapujos.

Él mismo admite que se siente espectador frente a sus obras, «todavía no conozco mis piezas. Están recién hechas y recién salidas del taller y todavía soy un espectador, el que más, viendo cómo funciona la obra y a ver cómo me sitúo yo frente a ella, para mí todo es nuevo».

También trabaja elementos más pequeños en bronce. «Me gusta el bronce porque te permite otro tipo de cosas que con el tamaño grande no puedes. Son más modeladas, hay más texturas, es lo que te permite la fundición», señaló. «Mucha gente me pregunta si son maquetas, pero en realidad son piezas terminadas. Lo que pasa es que ya me gustaría hacerlas en grande, pero económicamente es imposible».

Toda esta experimentación con distintos materiales y disciplinas artísticas han posibilitado a Baroja Collet expresar lo que lleva dentro. «Las técnicas de grabado son muy rigurosas, es un trabajo muy artesano, que te exige mucho rigor. A partir de ahí salté al papel, porque me permite hacer muchas más cosas. Después empecé con el hierro. La idea es buscar diferentes campos para sacar y dar rienda suelta a todo lo que llevas dentro», señaló.

Experiencias

«Yo soy así. De lo que me alimento es lo que después expulso. Si hoy me voy de vacaciones a un sitio y tengo experiencias interesantes, a veces incluso inconscientemente, van apareciendo en las obras, como todo el mundo que te rodea. Para eso, yo me he montado una estructura para poder trabajar con metal, en bronce, papel, grabado...», detalló el artista que sigue trabajando de una manera totalmente artesanal.

Su experiencia como damasquinador ha influenciado mucho su obra, según confesó Baroja Collet. «Siempre estaba muy relacionado con el mundo de la artesanía y he vivido muy de cerca, por ejemplo, toda la iconografía del museo San Telmo. Todas esas piedras, cajas... Siempre he pensado que mi trabajo tiene que ir hacía ahí, hacia ese tipo de iconografía, y a partir de ahí ser capaz de construir tu propio espacio, tu propio mundo, tus propias imágenes».

El artista se siente bien con su obra, «creo que después de tantos años he conseguido llegar a mi manera de hacer y presentar mi trabajo, que en seguida la gente me reconoce».

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