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Fusión de BBK, Vital y Kutxa

Bildu asegura que el «sí» a la fusión está garantizado también en Kutxa

Bildu aseguró ayer que la aprobación de la fusión también está asegurada en la asamblea de Kutxa, por lo que la integración bancaria de esta entidad financiera, BBK y Caja Vital es ya prácticamente un hecho. Representantes de la coalición comparecieron ayer en Bilbo para aportar nuevos detalles sobre el acuerdo alcanzado con las direcciones.

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Imanol INTZIARTE | BILBO

Josu Ruiz, teniente de alcalde de Donostia, y Zuriñe Gaintza, portavoz de Bildu en las Juntas Generales de Bizkaia, comparecieron ayer en Bilbo para exponer la lectura que la coalición de izquierdas y soberanista hace del acuerdo logrado con las direcciones de BBK, Caja Vital y Kutxa en torno a la fusión de estas tres entidades financieras.

Bildu da por segura la aprobación de la propuesta en las tres asambleas. Las de BBK y Caja Vital se celebran mañana y el respaldo ya estaba garantizado con anterioridad gracias a los apoyos de PNV, PSE y PP. La incertidumbre se cernía sobre la de Kutxa, que tendrá lugar el próximo 23 de setiembre. Josu Ruiz afirmó que se «alcanzará la mayoría cualificada de 67 votos» sobre un total de 100.

Con los 58 votos afirmativos ya anunciados con anterioridad y los cuatro más que pueden aportar Alternatiba y EA se llegaría a 62. Todo esto tras el acuerdo, ya que antes del mismo, según ha podido saber GARA, la Diputación de Gipuzkoa se puso en contacto con sus compromisarios -elegidos durante la pasada legislatura, gobernada por PNV y Hamaikabat- para instarles a que respetasen en todo caso el sentido del voto decidido por los actuales rectores de la institución a la que representan en la asamblea.

Cerrado el acuerdo, eso es historia, y los cinco votos que restan llegarían bien desde los municipios gobernados la pasada legislatura por la izquierda abertzale (8 compromisarios) o bien desde la plataforma de clientes Banatuz (12 compromisarios). Por el momento, estos colectivos no se han pronunciado a la espera de conocer la letra pequeña del acuerdo, aunque incluso es probable que los «síes» lleguen desde ambas partes.

Los representantes de Bildu subrayaron que su papel en el acuerdo de fusión alcanzado con las tres cajas ha constituido «un ejercicio de responsabilidad, de compromiso con el país y con la demanda social».

Según explicaron, la negociación ha estado basada en tres aspectos «fundamentales»: la pervivencia de la obra social de las cajas, el mantenimiento del control público y social de las mismas, y la atención a las reivindicaciones de los trabajadores en cuanto al ámbito de negociación laboral.

Sobre el primer punto, Bildu indicó que el contrato definitivo «establece un compromiso sine die» para que «el 30% de los beneficios del nuevo banco vayan anualmente a las obras sociales de las tres cajas vascas», frente a un proyecto inicial que únicamente aseguraba su permanencia por un periodo de tres años.

Acerca del mantenimiento del control público de las cajas, la coalición se felicitó de que, en base a las nuevas condiciones alcanzadas, se haya logrado «una voluntad firme y explícita de mantener el 100% de las acciones», abriendo asimismo la posibilidad de autocartera «en el caso de que alguien deseara vender».

Esto supone que si una de las entidades pusiera a la venta una parte o la totalidad de sus acciones, éstas serían adquiridas por las otras dos cajas.

Respecto a cualquier otra posibilidad, explicaron que «requeriría del acuerdo entre las asambleas de las tres cajas y dejaría de estar sometido a cualquier porcentaje en el consejo de administración». Consideran que se trata de un blindaje «más que suficiente» que «cierra las puertas a la privatización».

El tercer punto en discordia era el del ámbito de negociación laboral. En principio, las tres cajas abogaban por el marco del Estado español, mientras que sindicatos como ELA y LAB defendían el ámbito vasco, con el añadido de que éste último ofrece mejores condiciones a los empleados.

A falta de avances en la Mesa Laboral, ambas centrales solicitaron la convocatoria de un referéndum vinculante entre la plantilla. «Atendiendo a las reivindicaciones de los trabajadores», Bildu puso este aspecto sobre el tapete durante las conversaciones y ha logrado que las direcciones de las cajas se comprometan a respetar la decisión de la plantilla.

«Compromiso con el país»

Salvados estos tres escollos, los representantes de la coalición manifestaron que el nuevo acuerdo «paraliza, sin lugar a dudas, los riesgos que existían» en el contrato de integración inicial, si bien recordaron que «probablemente la bancarización no es la mejor opción».

Ruiz y Gaintza destacaron que el nuevo acuerdo se ha llevado a cabo gracias a que Bildu ha realizado «un ejercicio de responsabilidad, de compromiso con el país y con la demanda social» que «nos exigía garantizar que nadie utilizase el proceso para abrir las puertas a la privatización y a la desaparición de la obra social».

Cuestionado sobre el debate interno, el edil donostiarra manifestó que se ha llevado a cabo «con total normalidad y con la participación de las bases».

Valoración positiva de LAB, que insta a solucionar la negociación laboral

LAB destacó ayer la «importancia» del acuerdo alcanzado por Bildu para apoyar el proyecto de integración de las tres cajas en Kutxa Bank porque «evita su privatización» y «tiene como objetivo garantizar la obra social y el control político y social» del nuevo banco. «Teniendo en cuenta que es un acuerdo para evitar la privatización de las cajas, éste es el momento de realizar un debate para la creación de una banca pública y para poner en ese camino este proyecto», añadió el sindicato. Asimismo, se congratuló por los cambios en un proyecto que nació «marginando al sector que representaba Bildu».

No obstante, LAB recordó que continúa sin cerrarse la negociación sobre las condiciones laborales, si bien existe un compromiso de las entidades para respetar la decisión de la plantilla respecto al marco geográfico de negociación. En este sentido, la central abertzale reclamó a las cajas que presenten esta tarde, en la reunión que se celebrará en la sede de BBK en Bilbo, una propuesta que solucione «de una vez por todas» la situación de los trabajadores. I.I.

Esfuerzos para minimizar, e incluso negar, los cambios en el proyecto

Buena parte de los partidos con representación en las asambleas de las tres cajas se aprestaron a minimizar los cambios en el proyecto incluidos en el acuerdo entre Bildu y las direcciones de las entidades financieras. No faltó quien incluso negó que hubiera cambios, sosteniendo que el bloqueo a la privatización y el mantenimiento de la obra social ya estaban contemplados cuando dieron hace meses su respaldo al protocolo de integración original, donde se garantizaban ambos aspectos sólo durante los tres primeros años de vida de Kutxa Bank.

Para Iñigo Urkullu, presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV -grupo mayoritario en las tres asambleas-, en realidad no ha habido una negociación, sino que los tres presidentes de las cajas han conseguido hacer entender a Bildu que «estaba absolutamente equivocado» respecto a la fusión.

Su compañero de filas Markel Olano, ex diputado general de Gipuzkoa, apuntó que el aval político recibido por el proyecto de fusión es «una magnífica noticia para el conjunto del país». Olano se felicitó al considerar que han primado «los intereses nacionales por encima de los partidistas, que son los que hasta ahora han obstaculizado los diferentes procesos que se han puesto en marcha».

A su juicio, Bildu estaba «en un callejón sin salida», pero con el acuerdo ha superado «un estilo de hacer política basado en el cliché y el eslogan», avanzando hacia «una visión más pragmática, centrada en la realidad, atendiendo a los criterios nacionales y del conjunto del país».

Para el secretario general del PSE de Gipuzkoa, Iñaki Arriola, el acuerdo con Bildu «no aporta nada sustancial» porque, según se preguntó, «¿alguien iba a privatizar Kutxa Bank?, ¿alguien proponía reducir por debajo del 30% de los beneficios de Kutxa Bank como aportación a la obra social?».

«Bildu no puede venir a decir que, gracias a su intervención, ha salvado ninguna situación de cara al futuro, ni que haya garantizado nada que no estuviese garantizado», añadió.

El representante del PSE afirmó que la fórmula actual es la que su partido defendió en el fracasado intento de hace tres años y estimó que la coalición «ha cambiado su postura anterior, han renunciado a planteamientos seguramente maximalistas que han mantenido en el pasado. Parece que les está entrando la sensatez en la medida en que están tocando poder y se están planteando entrar a gestionar el sistema con políticas pragmáticas. Bienvenidos a la realidad, al mundo real, que es el mundo de la toma de decisiones en base a la responsabilidad que tiene cada uno».

Por su parte, el presidente del PP en la CAV, Antonio Basagoiti, sorprendió al advertir de que la posición final de su partido no está cerrada. «Hace falta el paso de garantizar que la caja fusionada va a tener órganos profesionales, va a tener gestores independientes, va a estar dirigida por los mejores y con consejos de administración que no son de un partido político. Todo el mundo habla de consenso total, pero yo digo `cuidado', que esperen un poco porque hace falta cerrar algo no poco importante: hace falta cerrar que los consejos de ese banco no van a ser los enchufados de un partido político, que lo único que han visto de números son los de la matrícula de su coche oficial», insistió. El PP es cuantitativamente irrelevante en BBK y Kutxa, donde sólo tiene un compromisario en cada asamblea, pero no así en Caja Vital, donde sus 19 votos sí podrían complicar la situación.

Al margen de los partidos, también hubo reacciones desde los ámbitos empresarial y sindical. La patronal Confebask valoró «muy positivamente» el acuerdo entre Bildu y las cajas, y reclamó a la futura entidad bancaria que sea «sensible y receptiva a las necesidades de financiación existentes por parte de las empresas y familias vascas».

Al igual que la víspera, ELA fue el más duro con un acuerdo alcanzado «a escondidas» y en el que «al fin y al cabo han acordado una bancarización». CCOO, por su parte, insistió en que el sentido de sus votos estará vinculado a la consecución de un acuerdo en materia laboral. I.I.

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