Los primeros festivales internacionales en los que se pasa «Albert Nobbs» están sirviendo como test para saber si Glenn Close tiene posibilidades de cara a los Óscar, y los expertos opinan que la actriz conseguirá su sexta nominación por su ejercicio de transformismo. La predicción lleva emparejada las consabidas especulaciones sobre lo que puede influir la deuda histórica que la Academia tiene contraída con Glenn Close, a la que sigue sin concederle la estatuilla. La duda que se plantea en estos casos es que, cuando por fin se lo dan, no se puede saber si se trata de una compensación por todas las veces anteriores en que se lo mereció o si realmente lo gana por su última actuación.

Una vez visto su trabajo en «Albert Nobbs», no encuentro objeción alguna a que el Óscar vaya a parar a su manos, porque la injusticia no estaría ahí, sino en que se olvidaran de su compañera de reparto Janet McTeer, a la que, en justa correspondencia, le deberían otorgar el de Mejor Actriz Secundaria.

No voy a comparar las caracterizaciones de ambas, porque Glenn Close tiene el mérito frente a la inglesa Janet McTeer de hablar con un acento que no es el suyo. No es necesario entrar en una competición de disfraces entre las dos, pero sí que la inglesa logra una mayor naturalidad en su transformación de mujer en hombre, mientras que la estadounidense se ayuda más de los efectos de maquillaje. Con todo, queda fuera de lugar discutirle a Glenn Close su protagonismo, habiendo colaborado en la escritura del guión que adapta el relato original de George Moore, que ya dió pie al montaje teatral de Broadway que ella misma estrenó en 1982.

Por una vez Rodrigo García se ha puesto a su servicio, con tal de ayudar a la actriz a cumplir el sueño de llevar al cine su personaje predilecto. Nada tiene que ver con sus trabajos más personales, en consecuencia, lo que no significa una renuncia.

Aún respetando las formas clásicas del folletín decimonónico, «Albert Nobbs» es una obra reivindicativa de la lucha de la mujer por su integración en el mundo laboral y por decidir libremente sobre su opción sexual.