El presidente sirio, Bashar al-Assad, alabó ayer la posición «equilibrada y constructiva de Rusia en favor de la seguridad y la estabilidad de Siria», al recibir a una delegación de parlamentarios rusos, anunció la agencia Sana. Volvió a denunciar «intentos de desestabilización de Siria», y advirtió contra «cualquier intervención extranjera», mientras sus fuerzas de seguridad siguieron reprimiendo las protestas -ayer mataron a cuatro personas- y la oposición interna dio sus primeros pasos hacia la unidad para enfrentarse al régimen.