No va a resultar fácil, pero Osasuna está obligado a hacer borrón y cuenta nueva si no quiere que la goleada del Camp Nou le afecte en próximas jornadas, lo que sería bastante más grave que el repaso al que fue sometido en el feudo culé. Estar ocupado es una buena fórmula para evitar que la cabeza dé muchas vueltas, de ahí que, nada más bajarse del tren, el plantel rojillo ya se ejercitase ayer en las instalaciones de Tajonar en un horario un tanto intempestivo -de 13.45 a 15.00-.

Con el objetivo fundamental de sobreponerse frente a un Sevilla que llegará a Iruñea tras haber derrotado a la Real con un solitario gol de Kanouté. Vencer a los hispalenses sería el mejor antídoto a la momentánea sensación de pesimismo que ha podido dejar el desplazamiento al estadio blaugrana.

Seguro que en la retina de los aficionados todavía queda el magnífico sabor de boca que dejó el año pasado el duelo entre navarros y sevillanos, cuando los primeros protagonizaron un gran revolcón tras el descanso que contribuyó sobremanera a la posterior permanencia. Ni que decir tiene que un resultado similar alejaría posibles fantasmas y refrendaría la línea positiva del inicio liguero.

La preparación de dicho encuentro tendrá su continuidad en la jornada de hoy -Tajonar, 10.00- con la única sesión específica de que dispondrá Mendilibar en un calendario que no tiene tregua. Además de la necesi- dad de rotar -el domingo hay otro compromiso frente al Granada-, la dolorosa derrota del Camp Nou seguro que traerá consigo novedades en el once.

No parece que sea en la portería, ya que Andrés Fernández cuajó un buen partido pese a encajar ocho goles y Asier Riesgo no va a estar a disposición del técnico rojillo -el debarra no se ejercitó ayer-, pero sí en otras líneas. Así, Miguel Flaño podría entrar en el eje de la zaga y lo mismo podría suceder en el caso de un recuperado Nekounam. Lolo y Rubén serían los sacrificados.

El Barça, con hándicap

Precisamente el gallego fue uno de los encargados de dar la cara tras el 8-0, lo que le honra, pero no le descarga de responsabilidad por el flojo partido que realizó. «Personalmente he descansado poco y mal porque ha sido una noche larga y muy dura», admitió el central en declaraciones a la agencia EFE.

«Hemos hecho cosas mal, pero cuando te encuentras con un equipo como el que saltó al Camp Nou... es increíble. Además, la autocrítica en medidas exageradas tampoco es positiva para el grupo», indicó el defensa. «En mi vida había visto a nadie jugar así, se siente impotencia ante la facilidad para crear espacios, llegar con superioridad y finalizar jugadas. Tendrían que ponerles hándicap, como en el golf», insistió el zaguero rojillo.

Respecto a las consecuencias de esta goleada -la más abultada 53 años después-, Rubén quiso quitarle importancia porque «no va a afectar, sólo llevamos tres jornadas y son cosas del fútbol que hay que aceptarlas y tirar para adelante. Esto no va a amargar el futuro de Osasuna ni van a temblar los cimientos de la ciudad ni del equipo. Obviamente es una sensación muy amarga, pero son tres puntos».

El central, que aseguró que «no me gusta ver los partidos desde casa o el banquillo», en referencia a su sorprendente titularidad, refrendó que «lo importante es el partido frente al Sevilla, un encuentro totalmente diferente».