Eguzki pide el cierre de Garoña tras «demostrar» el CSN su escasa resistencia
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) manifestó el pasado vienes que Garoña sólo aguantaría 4 horas en una situación de falta de suministro eléctrico, por lo que Eguzki exige, una vez más, su cierre definitivo.
GARA | GASTEIZ
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) indicó el viernes que los resultados preliminares de las pruebas de resistencia de las nucleares del Estado español ante accidentes severos muestran que la central de Garoña sólo aguantaría 4 horas en una situación de falta de suministro eléctrico como la ocurrida en Japón.
Tras conocer el informe, el grupo ecologista Eguzki manifestó que «no podemos olvidar que tras el tsunami y terremoto en Japón, sus centrales nucleares fueron llevadas a situación de parada».
Además, recordó que «este es uno de los inconvenientes de una tecnología tan peligrosa como la nuclear», porque el riesgo de sufrir un accidente «no acaba ahí». Con la central parada, el combustible nuclear sigue activo, sigue habiendo reacciones nucleares que, además de radiactividad, y generan mucho calor.
«Aún en situación de parada, es necesario seguir refrigerando el núcleo del reactor, el combustible nuclear, durante muchas horas, para evitar un accidente nuclear. Tanto Fukushima-1 como Garoña tienen unos reactores con un pésimo sistema de contención», advirtió.
El CSN considera «aceptable» la previsión del titular de la central (Nuclenor) para extender la duración de las baterías a 24 horas y la conexión posterior de la batería de reserva para extender la autonomía hasta 32 horas. Para Eguzki, esta prueba demuestra la situación de riesgo de accidentes y consecuencias en situaciones similares a Fukushima, así como la falta de un sistema de baterías que sin otra energía puede también fallar.
Fin de la energía nuclear
Eguzki también se congratula por las voces expertas que comienzan a pronosticar el fin de la energía nuclear en el Estado español. Uno de los últimos ha sido el profesor de la Universidad de Nafarroa Ángel Ruiz de Apodaca, quien ha asegurado que para el año 2030 «no habrá energía nuclear» porque las centrales «van cumpliendo años» y, además, este tipo de energía cuenta «con menor aceptación social tras los incidentes de Fukushima».
A juicio de Eguzki, no hay argumento democrático, ni de seguridad o salud que ampare el uso de la energía nuclear y este vaticinio supone un reconocimiento del sentir social. Ruiz de Apodaca, organizador del curso «Exportando contaminación: las basuras transnacionales», que finalizó el pasado vienes, se refirió al accidente nuclear de Marcoule, indicando que es «difícil» que el Estado francés, «primera potencia nuclear, opte por una política energética distinta de la actual».