El ex director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn (conocido como DSK), admitió ayer que tuvo una «relación inapropiada» el pasado 14 de mayo con Nafissatou Diallo, una de las camareras del hotel en el que se alojaba en Nueva York, que le denunció por agresión sexual, y declaró que esa «falta moral» le obligó a faltar a su cita con los franceses, ya que era entonces el favorito para encabezar la candidatura del Partido Socialista francés a las presidenciales del próximo año.

DSK, con gesto grave y traje oscuro, habló públicamente por primera vez desde su detención a mediados de mayo en Nueva York en una entrevista en la cadena privada francesa TF1.

«Fue una relación inapropiada, más que eso, una falta», afirmó Strauss-Kahn, quien añadió que «fue moralmente incorrecto y no me siento orgulloso», pero rechazó que empleara «la violencia, la coacción, la agresión o cualquier acto criminal» en aquel caso, que provocó su dimisión como máximo responsable del FMI.

Este escándalo, en el que los cargos penales han finalmente retirados por la Fiscalía, frenó de golpe una trayectoria que debía haberle llevado a ser el candidato presidencial del PS. «Sí, quería ser candidato», declaró, añadiendo que evidentemente ya no lo seré».

«Falté a mi cita con los franceses», se lamentó DSK, quien precisó que no escogerá entre uno de los seis aspirantes del PS que se enfrentan en una primarias para hacerse con la candidatura a la Presidencia. «No creo que sea mi papel el de inmiscuirme en las primarias», afirmó. Por eso, no quiso pronunciarse sobre su futuro político, cuando la mayoría de los franceses quiere su retirada.

En cuando a su detención en Nueva York, insistió en que tuvo miedo y se sintió humillado.