ALAVÉS 1

ARANDINA 1

El duelo de artilleros, como el propio encuentro de Mendizorrotza, se saldó con tablas. Sendoa y Joaqui pusieron nombre a los goles de Alavés y Arandina, que firmaron tablas con sabor victorioso para los castellanos y regusto amargo para los albiazules. Y es que el equipo de Luis de la Fuente salvó un punto en el tiempo de descuento, con el alivio que supone, pero podía haber sentenciado el choque para el descanso, con lo que la lectura varía.

Es lo que tiene el fútbol. Este Alavés ha sumado algún punto que no merecía por su juego y sin embargo ayer se le resistieron tres que deberían estar en su bolsillo. Y no por una cuestión de nombres. La Arandina, debutante en la categoría, llegó con piel de cordero al feudo alavesista, pero es que realmente fue inferior a su anfitrión. Eso sí, estuvo lo suficientemente acertado en labores defensivas y tuvo la dosis necesaria de fortuna para evitar que el dominio local -hasta trece córners botaron los hombres de De la Fuente en la primera parte- se trasladara al marcador. Los avisos alavesistas no tardaron en llegar. De consideración fue el del minuto 22, cuando la zaga castellana salvaba in extremis una buena triangulación entre Casares e Indiano. Poco después fue Jito el que remató otro pase de Casares, pero Álex se interpuso y envió con dificultades a córner. Y así fue transcurriendo el primer tiempo, aun con Azkorra lesionado antes de la media hora, con el prácticamente todo el movimiento focalizado en el área de la Arandina, pese a que los hombres de Zapatera defendían con criterio e incluso intentaban estirarse con mejores ideas que resultados.

En la segunda parte y con el transcurso de los minutos, los visitantes fueron sintiéndose mucho más cómodos con las tablas que su anfitrión que, ante la ordenadísima defensa amarilla, empezó a pensar en la ineludible acción salvadora de su jugador más determinante, Sendoa Agirre.

Disgusto

Pero fue el del rival el que llevó el disgusto a las gradas de Mendizorrotza. A veinte minutos del final, Joaqui enganchó una volea desde 25 metros ante lo que nada pudo hacer Grangel.

Se veía así recompensado el esfuerzo de la Arandina, pero no el dominio del Alavés, al que no le quedó más remedio que retocar el planteamiento inicial, ligeramente conservador. De la Fuente retiró a su pivote más defensivo para poner a dos delanteros arriba, una maniobra que se antojaba tardía para la parroquia local pero temprana para el entrenador visitante.

Los de Zapatero siguieron demostrando un oficio inimaginado antes del choque, pero los albiazules retomaron otra vez el camino del área. Tanto Jito como Geni, muy desacostumbrados últimamente al remate, fallaron una tras otra hasta que apareció al rescate del equipo, no podía ser otro, Sendoa. Su gol en tiempo de descuento permitió, al menos, salvar un punto aunque no mantener al Alavés en zona de play-off.