Glenn Close: «Prometo seguir intentando buscar historias»
«Prometo seguir intentando buscar historias y personajes» fue la promesa con la que Glenn Close despidió ayer al público donostiarra tras recibir el Premio Donostia de manos de Rodrigo García, el director con quien ha trabajado en tres ocasiones. Cercana y entregada, defendió la necesidad del amor entre los seres humanos y recordó a todo «el ejército de personas» que le han acompañado durante toda su carrera como actriz.
A. KAMIO - A. ARRUTI | DONOSTIA
«Gabon, pozten nau Donostian egoteak», fueron las primeras palabras de una Glenn Close emocionada y entregada al público que ayer recibió el premio Donostia de la 59 edición de Zinemaldia. La actriz, productora y guionista norteamericana (Connecticut, 1947) sólo tuvo palabras de agradecimiento para todos aquellos que le han acompañado en su carrera, toda esa «armada, el ejército de personas que me ha rodeado, que me ha inspirado y animado...», recordó en la gala celebrada en el Kursaal y admitió que, aunque haya recibido muchos premios, éste es el primero que reconoce toda su carrera profesional.
Close llegó en coche hasta la alfombra roja, donde le esperaban numerosos fans a pesar del vendaval que azotaba las inmediaciones del Kursaal. Vestida con un vestido largo color visón y con una estola de piel, se tomó su tiempo en firmar autógrafos y dar la mano a sus seguidores. La actriz fue recibida por Rodrigo García, director de «Albert Nobbs» -película que ella protagoniza, además de producirla y participar en el guión-, y quien le entregó más tarde el Premio Donostia. En el interior del Kursaal le esperaba José Luis Rebordinos, el director de Zinemaldia.
Antes de que Close subiera al escenario, García le dedicó unas palabras en las que destacó su «pasión y curiosidad» en todo lo que hace. «Se dice que hay que afrontar los proyectos como si fueran lo último que haces. Glenn los afronta como si fueran la primera vez. Su pasión y su curiosidad sobre todo lo que pasa en un set, son propias de un niño que está descubriendo algo», dijo.
El público del Kursaal la recibió de pie, con una larga ovación que emocionó visiblemente a la actriz. Close defendió la necesidad del amor entre los seres humanos y de la conexión entre las personas porque, según recalcó, «el odio es enormemente destructivo». También tuvo palabras para su hija que, «tenía tres años la primera vez que vine a Donostia hace veinte años y ahora me acompaña aquí. Es un privilegio ser madre».
Antes de despedirse, realizó una promesa: «Prometo seguir intentando buscar historias y personajes con los que, estoy segura, compartiréis una parte de humanidad».
Fiel a su carrera
Glenn Close nació en Greenwich, Connecticut, en 1947 en el seno de una familia de aristócratas. Tras pasar su infancia entre África y varios internados suizos (su padre era médico y fundó una clínica privada en Zaire) regresó a Connecticut para dar sus primeros pasos en el mundo de la interpretación en un colegio femenino local, donde fundó junto con otras compañeras el grupo teatral The Fingernails. En 1970, después de su divorcio, abandonó el grupo y empezó a estudiar drama y antropología en Virginia. Tras muchos papeles secundarios, en 1974, Close sustituyó a la protagonista de «Love for Love», de William Congreve, que se sentía indispuesta. A pesar de no haber ensayado el papel, consiguió su primer éxito en Broadway, momento en el que decidió dedicarse por entero al mundo de la interpretación. La actriz aseguraba ayer que desde el comienzo de su carrera decidió «que iba a elegir los papeles en base a sus intereses personales. Te adentras en un territorio muy peligroso si eliges proyectos pensando que vas a ganar más dinero. Hay que hacer una selección; yo siempre he preferido mirar a mi propia carrera», declaró.
En cuanto a la industria estadounidense, afirmó que «probablemente sea algo más fácil sobrevivir en Hollywood si eres un hombre», ya que «son casi inexistentes papeles fuertes para mujeres de mediana edad», aunque ella se considere afortunada en ese sentido.
Close, que ha participado en películas como «Atracción fatal», «Las amistades peligrosas» o «101 Dálmatas» -títulos que hicieron de ella una «mujer fatal»- ha cosechado numerosos galardones a lo largo de su carrera. Ha obtenido tres premios Tony en la categoría de Mejor Actriz y fue nominada en los mismos premios en la categoría de Mejor Actriz de Reparto. También ha obtenido cinco nominaciones a los Óscar, aunque nunca ha conseguido llevarse la estatuilla.
Con su interpretación en «Albert Nobbs», que se proyecta en la Sección Oficial de Zinemaldia fuera de competición, ha obtenido el beneplácito de la crítica, que augura con ésta actuación su probable sexta nominación a los premios que otorga la Academia estadounidense. Un premio del que prefiere no hablar porque es «muy fatalista».
De lo que sí habló fue del Premio Donostia que recibió anoche, ante el que se declaró «realmente emocionada». «Recibir un premio tan frágil como éste, como es la vida de un actor, me hace ser más humilde, especialmente en este festival», reconoció.
Close, que actualmente participa en la serie «Daños y perjuicios», aseguró que ve su futuro «escribiendo sobre una página en blanco, aunque no sé si podré. Ése será mi gran reto».
«No sé qué papeles no he conseguido, aunque nunca he vivido en Hollywood, siempre he estado en la costa Este. He elegido estar fuera de ese mundo y siento que me han apoyado mucho», afirmó Close antes de recibir el Premio Donostia.
«Recibir un premio por algo que es tan frágil como la vida de un actor es increíble. Me hace mucho más humilde y lo agradezco mucho», subrayó la actriz.
Rodrigo García entregó el Premio Donostia a la actriz, quien, emocionada, aseguró que es un privilegio ser actriz y tuvo palabras de agradecimiento para todos aquellos que le han acompañado en su carrera profesional.