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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Mentira superlativa en la crónica de Donostia

Hay días en los que a servidora el trabajo le resulta fácil. Los despropósitos de la prensa del facherío llegan a tal extremo, la manipulación resulta tan burda y la mentira tan superlativa, que sobran los comentarios. Una no tiene más que hacer un cortar y pegar y seguro que el buen juicio de los lectores y las lectoras sabrá calibrar el tamaño de un disparate sin desperdicio.

La crónica que en «La Gaceta», periódico del grupo Intereconomía, hicieron sobre la manifestación que por los derechos de los presos que se celebró el sábado en Donostia es monumental, un retrato del rigor informativo y el nivel intelectual que cultivan algunos periodistas con vocación de legionario. La entrada lo dice todo: «350 personas acompañaron a Díez Usabiaga a un acto en el que se pidió `amnistía total' para los terroristas. La protesta, pergeñada para aprovechar el impacto del Festival de Cine, fue un despropósito». Una estuvo en la manifestación, que fue multitudinaria, y lo de las 350 personas se lo toma a broma. Pero, para más inri, la crónica está firmada desde Donostia y, entonces, ya es un reír para no llorar.

Encima, intentan hacer creíble la película y empiezan a dar datos -entiéndase la ironía- concretos, como que los manifestantes eran «menos que los perio- distas», ya que «la plomiza lluvia caída sobre San Sebastián redujo la convocatoria al esperpento. El agua se convirtió en la excusa perfecta para desempolvar los pasamontañas... avanzaban rápido, emulando a una legión romana con los paraguas por escudos». Ése es el nivel, hay lo que hay. Y no contenta con los 350 con pasamontaña que emulaban a una legión romana, se ponen a insultar utilizando prejuicios y estereotipos sobre los baserritarras. «Una anciana embutida en un chubasquero verde se hizo con el mando de la marcha. Gritaba con rabia de caserío». Podredumbre por doquier. Continúa el relato diciendo que «la concentración, silenciada en cada intersección acaso por la vergüenza de los individuos al no verse encubiertos por la masa, sólo consiguió molestar y entorpecer un poco el paso rápido e indiferente de quienes acudían a la sala Kursaal». Las mentiras se suceden una tras otra -llaman también «la periodista» a Beñat Zarrabeitia-, hasta completar una crónica de delirio. No sigo.

Hay mentiras y mentiras. Éstas no llegan ni a eso. Pura bazofia.

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