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RUGIDOS ROJIBLANCOS

Paciencia y confianza

Borja IRIZAR BELANDIA Socio y peñista

Acertada me parece la decisión de GARA de hacer partícipes a los aficionados de las crónicas del equipo, y de permitirles por un momento sacar al ámbito público ese entrenador que todos llevamos dentro. Por eso cuando me requirieron para realizar esta aportación me sentí afortunado y, todo hay que decirlo, un poquito nervioso al tener que ser examinadas mis opiniones por los lectores. Pero a la medianoche del domingo me pareció, perdón por la expresión, una auténtica putada, y entonces llegué a comprender el trance en el que se encuentran nuestros estimados reporteros al tener que contar lo que a veces ven.

Bromas aparte, el Athletic se encontró con un Betis muy bien trabajado, para lo cual es necesario tiempo, lo que creo que debemos dar a los nuevos gestores deportivos del equipo. Los béticos ejercieron una presión perfecta sobre los rojiblancos en su propio campo, con dos líneas muy compactas y unidas, y muy pronto se colocaron con una diferencia considerable en el marcador, que condicionó todo el partido. Ello no es una disculpa, obviamente el partido empieza a cero y la responsabilidad es del que se deja meter dos goles en una docena de minutos por errores propios -desajustes defensivos en este caso por la banda del añorado Iraola en el segundo gol-, y una creo que deficiente colocación de barrera que obliga a Iraizoz a tapar ese lado más que el suyo.

A partir de ahí, los riesgos del nuevo sistema a implantar, que ya de por sí existen, aumentaron cuando se adelantó a Javi Martínez y se quedaron en la retaguardia Amorebieta y Gurpegi. Hace falta mucha más contundencia en defensa y mucha seguridad, y creo que se conseguirán, pero con trabajo y paciencia. Después, excesiva aceleración y nerviosismo en el campo, y de esto último sospechosamente mucho en la grada.

En la segunda parte el Betis nos pudo hacer un traje. Si algo hay que destacar son los ramalazos de garra y esfuerzo, aunque mal enfocados; los arranques de Muniain al que alguien le deberá controlar el nervio en ciertos encontronazos; y los kilómetros de De Marcos. En general, partido malo, aunque no comparto la idea de algunos de que no se ha visto nunca nada peor en San Mamés.

Y es que noto en el ambiente, por lo menos en algunos, una excesiva, no se si llamarlo así, resaca electoral, que creo que no es buena. Dejemos trabajar a los nuevos rectores del Club en sus diferentes estamentos y rememos todos en la misma dirección como han hecho esta temporada Kaiku, Urdaibai, Portu y Zierbena y seguro que alcanzamos los objetivos. Zorionak para ellos y paciencia para nosotros, y a ver si el Málaga paga este próximo miércoles los platos rotos.

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