El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió ayer diversas medidas sociales para aplacar las protestas que se han incrementado durante los meses de verano. En concreto, el líder del Likud aseguró que regulará el sistema económico para poner fin al control que ejerce un reducido número de magnates. Además, se comprometió a rebajar el coste de la vida, tratando de acomodarse a las reivindicaciones de los «indignados» que han protagonizado un verano de marchas y acampadas en diversas ciudades hebreas.

«Prometo permitir el juego de la libre concurrencia y limitar la concentración de la economía en las manos de un grupo reducido para que bajen los precios de los productos y de los servicios», aseguró ayer Netanyahu tras una conferencia de prensa. El primer ministro ha lanzado esta propuesta después de recibir las recomendaciones realizadas por un comité de expertos dirigidos por Haïm Shani, antiguo director genereral del minsterio de Finanzas, y centrado en la concentración económica.

Comisión Trajtenberg

Paralelamente, otra comisión, dirigida por el economista Manuel Trajtenberg, está analizando las reivindicaciones específicas de los manifestantes, que salieron a la calle durante el verano para denunciar la difícil situación económica que padece Israel.