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El régimen yemení ahoga en sangre las protestas contra una falsa transición

Consciente de que está acabado, el régimen quiere asegurarse su impunidad, de la mano del plan de transición ordenada impulsada por las cleptocracias del Golfo. Pero para ello tiene que doblegar a la voluntad popular y trata de hacerlo a sangre y fuego.
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La represión con fuego real de las manifestaciones de la oposición yemení en la capital de Yemen se saldó ayer con la muerte de 21 personas, entre ellas un bebé de diez meses y su hermano, de diez años de edad.

Este balance provisional eleva a 46 la cifra de muertos en la capital yemení desde el domingo, cuando el Ejército del régimen reprimió con saña una marcha.

Las protestas se mantienen en otras ciudades del país, como en Taez, donde otras cuatro personas murieron y decenas resultaron heridas por la Policía.

La sangrienta jornada comenzó con enfrentamientos armados entre las fuerzas del régimen y soldados de la Primera brigada blindada del general disidente Ali Mohsen al-Ahmar, quien se alineó con la revuelta el pasado mes de marzo, y que protegía a miles de acampados en la calle al-Zubeiri. El choque se saldó con tres soldados rebeldes muertos.

Paralelamente, francotiradores dispararon contra la multidud en la Plaza del Cambio, escenario desde el estallido de la revuelta en enero de protestas diarias. El ataque se saldó con la muerte de seis civiles, entre ellos los dos menores que viajaban en el coche familiar por los alrededores del lugar.

Tras el llamamiento de la oposición a salir a la calle para protestar contra las víctimas del domingo y para seguir exigiendo la caída del régimen, decenas de miles de personas abarrotaron ayer los más de tres kilómetros que separan la plaza central y la calle al-Zubeiri, donde se hallan las oficinas del hijo del dictador Ali Abdallah Saleh, Ahmed, comandante de la Guardia Republicana.

Este cuerpo de élite del régimen ha hecho acto de aparición en la calle, lo que explicaría la salvaje represíón de las últimas horas y evidencia que su estrategia pasa por tensar lo máximos posible la situación. Sólo así se entiende que el repunte de la tensión coincida con las expectativas generadas en torno a una salida de la crisis.

Refugiado en Ryad, el dictador yemení autorizó la semana pasada a su vicepresidente para negociar con la oposición una transición ordenada. Dos emisarios llegaron ayer mismo a Sanaa para asistir a la ceremonia de firma de una propuesta para poner en marcha el plan de transición anunciado desde hace meses por las cleptocracias del Golfo por encargo del Gobierno estadounidense.

«mediación»

El mediador del Golfo, Abdellatif al-Zayani, y el emisario de la ONU a Yemen, Jamal Benomar, llegaron ayer a Sanaa en el marco de la iniciativa para una implosión ordenada del régimen.

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