TITIN-ZUBIETA 16

OLAIZOLA II-BEROIZ 22

Su reciente paternidad parece haber aumentado las prisas por estar en casa de Aimar Olaizola que, con otra exhibición rematadora, solventó por la vía rápida su pase a la final de mañana junto a Mikel Beroiz. A la pareja de Asegarce le bastaba con hacer once tantos, pero muy lejos de especular con los 12 tantos que necesitaban, no frenaron hasta llegar al cartón 22.

Y eso que el partido comenzó muy bien para la pareja colorada, que logró adelantarse 3-0 en el marcador, lo que hizo creer en el milagro a una grada volcada con su pelotari preferido.

Sin embargo, estas esperanzas se esfumaron prácticamente con el primer remate que logró conectar Aimar Olaizola. Y es que, al contrario de lo que ha venido sucediendo con casi todas las parejas durante toda la feria de San Mateo, el delantero de Goizueta encontró en el cestaño un material muy de su gusto, con lo que se fueron acercando paulatinamente a esa frontera sicológica que marcaba el cartón número 11.

Hasta el empate a nueve, el último en el partido, Titín y Zubieta se vaciaron en pos de ese imposible, pero algunos errores de bulto les impidieron abrir brecha en el marcador y la desmotivación hizo mella.

Titín perdió el norte

Lastrado por la impotencia de ver escaparse la que podría ser la última final ante los suyos y molesto por no dar con el material con el que sentirse cómodo en la cancha, el de Tricio perdió la concentración lo que, unido al acierto de Aimar Olaizola, abrió un hueco irreparable.

La desesperación tuvo su punto culminante en el 18-9, cuando tras perder un tanto, el de Tricio lanzó la pelota de malos modos, llegando a impactar, sin mayores consecuencias en un espectador. Calmados los ánimos en el vestuario, buscaron una remontada que quedó en un maquillaje para el marcador.