REAL 1

ATHLETIC 3

Zubieta vivió una fiesta del fútbol en forma de derbi, con público numeroso en las gradas, mucho ambiente y dos rivales en lo más alto de la tabla. Aunque lo fue más para el Athletic, que volvió a llevarse los tres puntos, lo que le permite firmar el pleno de victorias en este inicio de temporada y le encarama a lo más alto de la clasificación, junto a Sporting de Huelva -líder por golaverage- y Barcelona -que se impuso al Rayo-, los otros dos equipos que han saldado sus tres compromisos con otros tantos triunfos.

La otra cara de la moneda fue para la Real, que se las prometía felices tras haber conjugado juego y resultados en las dos primeras jornadas. La victoria conseguida hace un año en Lezama, a la que se unió la del amistoso del pasado domingo en Gasteiz, habían acabado de convencer a las donostiarras de que era posible superar a uno de los candidatos al título.

Pero la realidad fue bastante distinta. El equipo de Fuentes se hizo con el triunfo. Y lo hizo con claridad, mostrándose bastante superior a su anfitrión. Desde el principio, porque las rojiblancas empezaron a acechar de forma constante la meta de Azkarate en cuanto sonó el pitido inicial. Tampoco tardaron en obtener réditos. A los nueve minutos, Guru cedía atrás para que Eli Ibarra anotase el primero. No se conformó el Athletic, que siguió llevando la batuta del partido y generando numerosas ocasiones ante una Real que se las veía y deseaba para hacer frente al poderío ofensivo de su rival.

Ilusión momentánea

Pero, así es el fútbol, justo cuando el dominio vizcaino se hacía más patente, llegó el empate, al aprovechar Encinas un fallo defensivo. Importó lo justo a las rojiblancas, que siguieron a lo suyo y golpearon de nuevo antes del descanso, cuando Flaviano se inventó un golazo al superar por alto a una Azkarate que no pudo hacer nada ante tan certero disparo.

No aflojó el Athletic en la reanudación, lo que le permitió sentenciar el choque en sólo diez minutos. Con doble buena noticia para las rojiblancas, porque fue Erika -que redebutaba como rojiblanca tras superar su lesión- la que remató para que Azkarate rechazase e Itsaso Nabaskues convirtiera ese balón en el 1-3 definitivo.

De ahí al final, las vizcainas moderaron el ritmo, pero no dejaron entrar en el partido a una Real que quiso, pero no pudo en ningún momento.