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REPORTAJE

«Urte berri on, amona!»: amona Mari acecha desde las sombras

En esta su primera aventura en solitario, el cineasta Telmo Esnal vuelve a sorprendernos con un ejercicio de estilo que logra desconcertar gratamente al espectador. «Urte berri on, amona!» se muestra como un proyecto divertido, dramático, inquietante y, sobre todo, muy valiente.

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Koldo LANDALUZE

En el interior de un coche, un niño reclama la atención de su padre con una pregunta: «Aita, noiz hilko da amona?». En la mirada del niño no hay gesto de ternura, más bien de desesperación y algo de angustia. En la cara del padre tampoco encontramos un gesto de reproche, sino de complicidad ante lo que ha escuchado con cierta sorpresa. Cuando alguien asiste a una escena de estas características, inevitablemente le asalta una cuestión: «¿Cómo diablos será esa abuela aludida?».

Telmo Esnal aporta su respuesta en «Urte berri on, amona!», una comedia negra, negrísima cuyo vitriólico sentido del humor está fuertemente engarzado con el humor costumbrista y la eterna escuela británica, fuente inspiradora de todo tipo de situaciones en las que el espectador no sabe si reírse o echarse a temblar. Tras la excelente tarjeta de presentación que supuso «Aupa Etxebeste!», en la que Esnal compartió dirección junto a Asier Altuna, el autor zarauztarra debuta en solitario con este magnífico ejercicio de emociones, sonrisas y temblores que cuenta con un buen puñado de aciertos creativos.

Por un lado, merece la pena ser destacada la total confianza que el cineasta ha depositado en un guión que ha escrito en colaboración con su cómplice Asier Altuna, ya que en momento alguno echa el freno a la hora de perpetrar todas y cada una de las escenas que cohabitan dentro de una trama que, en manos menos valientes, hubieran derivado hacia un estilo mucho más ternurista y condescendiente. La confianza en el guión también es extensible a un reparto que ha sabido entender a la perfección todas y cada una de las intenciones de la historia. Buen ejemplo de ello es la escena no filmada en la cual la octogenaria actriz catalana Montserrat Carulla y el cineasta compartieron la misma conclusión: la amona Mari es mala.

La intención primera de Esnal era la de construir un personaje que primero causara emociones solidarias y que, con posterioridad, mostrara su temible lado oscuro. Un elemento siniestro y perverso cuyo detonante inicial es el momento definitivo en el que una familia debe hacerse cargo del cuidado de la amona Mari. Día a día, su hija -interpretada por una excelente Kontxu Odriozola- se descubre completamente vampirizada por su madre, por lo que su marido -un no menos aplicado Pedro Otaegi- contará con la ayuda y complicidad de su yerno -Joxean Bengoetxea- para internarla en una residencia de ancianos sin que su esposa lo sepa. Desde este instante se desata un encadenado de situaciones imprevisibles en las que la amona deja bien claras sus intenciones y temperamento.

Joxean Bengoetxea, uno de los detonantes de esta explosión y una de las víctimas de la protagonista, explica a GARA las sensaciones que anidaron en él cuando leyó el guión por primera vez y se topó con su personaje Kintxo: «Mi primera impresión fue un tanto desconcertante. No sabía si me encontraba ante una comedia -teniendo en cuenta los referentes de Telmo- o qué demonios podía ser todo esto y, en cuanto a mi personaje, me encantó porque también entraba de lleno en esa indefinición de estilo. Por supuesto, todo esto lo digo desde el punto de vista de la lectura del guión, ya que el director tenía todas las cosas mucho más claras y atadas. Me gustaba mucho que la trama saltara de la comedia al drama y me interesaba porque había un reto muy importante y cuando hay un reto yo salto de cabeza».

Telmo se esforzó mucho en hacerles entender las intenciones de la película y en subrayar los aspectos diferentes de cada uno de los integrantes de la familia. Otro de los aspectos más reseñables de esta propuesta de obligada visión, radica en la totémica presencia de la en apariencia venerable amona Mari, un personaje interpretado por la veteranísima actriz barcelonesa Montserrat Carulla, una actriz que con anterioridad mostró su lado más inquietante en la exitosa película de Juan Antonio Bayona «El orfanato». «No resultó fácil -recuerda Joxean Bengoetxea- encontrar en Euskal Herria una actriz de las características de Montserrat Carulla y este rol era fundamental dentro del entramado de la película. Yo conozco bastante a su hija Vicky, que es un tótem dentro del teatro en Catalunya y en el Estado, y las referencias de Montserrat son impecables. Sólo bastaron unos segundos, vestirse unas ropas y transformarse por completo».

Telmo albergaba ciertas dudas y le dijo durante las pruebas de vestuario: «No te veo tan mayor...», y ella le respondió: «¡Ah, me quieres ver más vieja!». Empezó a encorvar el cuerpo, a dar pasitos lentos con un bastón y su cambio fue completo. «Con tan sólo esta secuencia tú descubres que es una actriz inmensa. Saber utilizar los resortes del humor en un filme como éste resulta primordial».

Entre sus secuencias topamos con legados del más ácido humor británico y un modelo de humor negro no muy habitual en nuestra filmografía. «Está claro -dice Bengoetxea- que el humor utilizado por Telmo Esnal no es muy habitual en nuestro cine y resulta curioso porque, a los vascos, nos gusta mucho el humor negro». También ha sido curiosa la reacción de muchos espectadores que no sabían si reír o echarse a temblar. Quizás se deba ello a que a Telmo le gusta mucho ese estilo de Hitchcock que, sin entrar de lleno en el humor, aporta retazos endiablados que desconciertan al público.

«Yo, desde el punto de vista del espectador, animo a la gente a que se ría o que llore cuando así se lo dicten sus emociones. Es un estilo buscado por el director ya que primero te atrapa con la comedia y cuando menos te lo esperas, salta con otra cosa. Esto implica un riesgo muy grande pero Telmo lo tenía muy claro desde un principio cómo debía abordar este proyecto». Frescura, valentía, inquietud, drama, risa.... con el trasfondo siempre tragicómico de una Navidad, los integrantes de una familia vigilan de cerca la silente, pero siempre acechante, imagen de una amona que gobierna su entorno con un bastón de hierro. El resto nos aguarda cuando la luz se proyecte sobre la pantalla y nos invite a disfrutar de «Urte berri on, Amona!».

Zineguneak

Hoy, a las 11.00 en la Filmoteca Vasca, presentarán la iniciativa dedicada al filme de Telmo Esnal. Zineguneak tendrá lugar el luneas, a las 19.00 en Koldo Mitxelena. Por otro lado, Kutxa ha comprado 3.000 entradas para que sus clientes vean «Urte berri on, amona!».

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