Sarkozy lleva a Marruecos su apoyo a Mohamed VI y al negocio en el TGV
Nicolas Sarkozy, en compañía del rey Mohamed VI, dio ayer su respaldo al inicio de los trabajos del futuro tren de alta velocidad marroquí, símbolo de las excelentes relaciones comerciales entre París y Rabat. Esta estrecha complicidad se reflejó también en el apoyo de Sarkozy a las reformas planteadas por el monarca, que el presidente francés estimó como «pasos a la democracia».
GARA | TÁNGER
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se dio un respiro en sus horas bajas en los resultados electorales y los asuntos político-judiciales domésticos con un rápido viaje a Tánger para apoyar el negocio de las empresas francesas en el Tren de Gran Velocidad (TGV) de Marruecos.
Sarkozy y el rey marroquí, Mohamed VI, visitaron el inicio de las obras de la línea de 350 kilómetros que prevé unir, a finales de 2015, Tánger con Casablanca a través de Rabat, a 320 km/h. El proyecto de 1.800 millones de euros, a los que hay que sumar las infraestructuras asociadas, será financiado en buena parte por el propio Estado francés, que ha desbloqueado un préstamo de 920 millones de euros.
Una cuarta parte será pagada por países amigos de Rabat, como Arabia Saudí -que también ha lanzado ofertas para la construcción de un TGV entre Jeddah-La Meca-Medina-, Emiratos Árabes y Kuwait. Otra cuarta parte será financiado por el presupuesto marroquí. «Los franceses deben saber que el TGV marroquí es empleo para los franceses. Son miles de horas de trabajo para los obreros franceses», subrayó Sarkozy.
Tartekia
Pero el TGV vendido por Alstom por 400 millones de euros también ha recibido muestras de rechazo por considerarlo una inversión inútil y cara. «Es un escándalo en las condiciones actuales de Marruecos», afirma el economista Fouad Abdelmouni.
Además de el apoyo a este negocio, Sarkozy también trasladó a Marruecos su apoyo al monarca y a las reformas que ha propuesto para intentar contener su propia «primavera árabe». Mohamed VI obtuvo un respaldo a sus propuestas del 98% en un rápido referéndum llevado a cabo en julio.
El movimiento de 20 de febrero sigue rechazando unas reformas en las que el rey mantiene un importante control del poder judicial y político. Pero, en contraste con su postura ante otras «primaveras árabes», desde Libia y Siria a Egipto o Túnez, el presidente francés se ha mostrado satisfecho y puso a Mohamed VI como ejemplo de dirigente que colma las aspiraciones de su pueblo hacia la democracia.
«Los cambios en Marruecos no son menos significativos que los ocurridos en otros países», señaló el Elíseo. «Francia saluda calurosamente y con admiración la voluntad de reformas profundas del rey» añadió. A la presidencia francesa «el hecho de que el Movimiento 20 de febrero pueda continuar manifestándose sin represión» le pareció que «da testimonio del vigor de la democracia marroquí».
Sarkozy también tenía previsto abordar el proyecto de la Unión por el Mediterráneo, paralizada por el conflicto, palestino-israelí.
Pese a que el Movimiento 20 de febrero sigue considerando insuficientes las reformas impulsadas por el monarca, Sarkozy afirmó que los cambios no son menores que los producidos en otros países árabes.
El pleno del Parlamento Europeo (PE) rechazó ayer una resolución que pedía llevar ante la Justicia europea el acuerdo pesquero entre los Veintisiete y Marruecos, por las dudas sobre su legalidad y el respeto a los recursos naturales de los territorios del pueblo saharaui, ya que permite a la flota de la UE faenar en aguas del Sahara Occidental.
Marruecos se presenta como un pequeño «El Dorado» para las empresas francesas. Desde el primer TGV sobre el continente africano y en el mundo árabe a la fábrica Renault «contaminación cero», pasando por el megapuerto de Tánger-Med, hace años que es objetivo de las empresas ávidas de proyectos. Tánger-Med es un inmenso polo industrial y portuario en el que participa Bouygues, en un consorcio que elevará la capacidad de Tánger a más de ocho millones de contenedores, lo que lo convertirá en uno de los más grandes puertos del Mediterráneo y de África.
El Estado francés es el primer socio comercial de Marruecos, que próximamente debe negociar un acuerdo de libre comercio con la UE. Es su primer proveedor con un 15% (4.000 millones de euros en 2010) de cuota de mercado, y su primer cliente, que absorbe el 25% de las exportaciones marroquíes.
El Estado español, segundo socio, aumentó en un 76% sus inversiones, sobre todo industriales, entre 2009 y 2010. El reino alauí es además el segundo foco de inversión directa francesa en el extranjero, detrás de China, pero por delante de India, con 1.800 millones de euros, el 60% del total, pese a una reducción del 13,6% en 2010 debido a la crisis. La actividad también bajó en el primer semestre de 2011 bajo el efecto de las «primaveras árabes» y de los efectos sobre el turismo del atentado de abril en Marrakech.
750 filiales francesas están implantadas en Marruecos, frente a las 500 de hace tres años, lo que hace del hexágono el primer empleador extranjero del reino, con 100.000 trabajadores marroquíes. GARA
