Para Rebordinos, las críticas de Ripstein al jurado son «disparatadas»
La entrevista del cineasta mexicano Arturo Ripstein concedida a este diario, y en la que no dejaba títere con cabeza tras su paso por el Festival de Cine de Donostia, se propagó ayer a toda velocidad por la Red y fue recogida por numerosos medios, incluidos latinoamericanos como «La Jornada». José Luis Rebordinos, director de Zinemaldia y objeto de críticas muy duras, no quiso entrar ayer al trapo y alabó al Ripstein cineasta. El Ripstein como persona, ya es otra cosa.
Amaia EREÑAGA | DONOSTIA
La que iba a ser una entrevista sobre la participación de su soberbia «Las razones del corazón» en la Sección Oficial del Festival de Cine Latinoamericano de Biarritz se convirtió, por sorpresa, en un repaso demoledor del papel jugado por el director y el jurado de la Sección Oficial de la recientemente finalizada 59 edición del Festival Internacional de Cine de Donostia, donde su película no obtuvo premio alguno y sí las alabanzas de la crítica. Arturo Ripstein, en su breve paso por la localidad labortana -el mismo día de la entrevista volaba con su mujer, la guionista Alicia Garciadiego, de vuelta a México- la montó... aunque de forma muy consciente, porque ya apuntaba que esperaba que su «mensaje» llegase a los responsables de Zinemaldia. De todas formas, no es su primer enfado en su larga historia de encuentros -en forma de muchos premios- y desencuentros -enfados por, como en una ocasión anterior, la no selección de una de sus películas en la Sección Oficial- con Zinemaldia.
En twitter, se hacían eco de la noticia desde primeras horas y, uno de los afectados, el cineasta bilbaino Álex de la Iglesia -todo un enganchado de twitter, como se comprobó en el festival- se enteraba de que para Ripstein el jurado había sido «lamentable», ya que estaba constituido por, entre otros, una presidenta, Frances McDormand, que «es una actriz que no ha salido nunca de Pensilvania»; «un enemigo personal» como el guionista Guillermo Arriaga; dos «chapuzas de actrices» (Bai Ling y Sophie Okonedo); y un Álex de la Iglesia resentido por haber perdido frente al él, en referencia a cuando Ripstein se alzó como vencedor en 2000 con «La perdición de los hombres». El bilbaino competía entonces con «La Comunidad». De la Iglesia no quiso ayer entrar al trapo, y apuntó, con cierta ironía, que «sigo pensando que Arturo Ripstein es un soberbio director de cine y un gran amigo».
El director de Zinemaldia, un José Luis Rebordinos que se estrenaba en el cargo en esta edición, prefería ayer no hacer excesivos comentarios sobre frases como esta: «Este era un festival realmente serio, era de los cinco de Europa y, de pronto, es subnormal».
Minutos antes de entrar a ver una película, el director de Zinemaldia comentaba ayer a este diario que «son unas declaraciones que se explican por sí mismas, pero no van a cambiar para nada la admiración que siento por la obra de Ripstein, a quien considero uno de los mejores cineastas del cine actual». Ripstein dijo que no volverá a Donostia, ¿pero si quisiera volver a hacerlo?: «Por supuesto, el festival no invita a las personas, invita a las películas».
Rebordinos sí se mostraba molesto por la insinuación del mexicano sobre que un festival «tiene que saber qué hacer con un jurado» -«es muy grave, en el festival nunca se ha controlado a los miembros del jurado»-. Más divertidos le parecían los calificativos hacia su persona. «Lo de los 14 años (ridiculizó su paso por la dirección de la Semana de Terror) me suena muy bien, ya me gustaría. ¿Cómo te lo vas a tomar? Realmente es tan disparatado... a mí, sobre todo me entristece, porque pienso que Arturo es un gran cineasta. Como persona no lo voy a poder ver de la misma manera, no lo entiendo», agregaba en declaraciones a «La Ventana», de La Ser.
«Poner en entredicho a un jurado como este es un poquito disparatado. Estamos hablando de unos nombres de la cinematografía mundial que son muy importantes. Los seres humanos tenemos nuestras miserias... A veces nos disparamos y hacemos estas cosas», dice Rebordinos.