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movimientos en el escenario político vasco

López habla del acercamiento condicionado de los presos

El anunciado plan de paz del lehendakari se queda en la propuesta de un decálogo de «bases para la concordia», sin ninguna proyección práctica ni calendario de ejecución.

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Iñaki IRIONDO | GASTEIZ

Mucho se había hablado desde julio del «plan de paz» que el lehendakari iba a plantear en el Pleno de Política General de ayer. A falta de una hoja de ruta definida y sólida con concreciones prácticas de futuro, un párrafo, su mención al acercamiento de los presos políticos vascos, le posibilitó a Patxi López hacerse un hueco entre los principales titulares de la jornada. Es más que nada.

El lehendakari parte de dos principios para su propuesta de «bases para la unidad, la concordia y la covivencia»: que la situación actual es fruto de la victoria del llamado Estado de Derecho sobre la izquierda abertzale, y que el origen de toda la situación que debe ser corregida es «la existencia de un grupo terrorista y de sectores sociales que le han dado su apoyo».

Presos y Acuerdo de Gernika

Sostiene López que «el terrorismo, tal como lo hemos conocido en Euskadi, ha terminado para siempre: esa alianza cruel y terrible entre asesinos y grupos de ciudadanos que les servían de apoyo ha desaparecido».

Y como muestra de ello ofrece que «los presos y sus familias» se han sumado al Acuerdo de Gernika, lo que, aunque «tenemos que seguir manteniendo todos los días la exigencia de la desaparición definitiva de ETA», «es una buena noticia, porque puede ser un paso más hacia su final».

Cabe recordar que el pasado año, en este mismo pleno, el lehendakari despreció ese acuerdo, pese a que se había firmado apenas unos días antes e incidieron sobre él algunos de los grupos, como EA y Aralar.

En ese contexto de dar por terminado «el terrorismo» y mantener la exigencia de desaparición de ETA, el lehendakari incluyó de nuevo la cuestión de los presos políticos.

Por un lado, pidió «a los presos condenados, o en espera de juicio, por delitos de terrorismo que rompan decididamente y de forma pública con ETA y asuman la legalidad penitenciara para que sea posible su reinserción social y recuperación para la vida democrática». Porque el lehendakari mantiene que quién impide a los presos recuperar «su propia voz» es ETA y no Instituciones Penitenciarias.

Además -en el punto que se llevó los titulares- López propuso «una orientación consensuada, dinámica y flexible de la política penitenciaria de la forma que mejor propicie la superación del ciclo terrorista». Esto, todavía, no era novedad. Lo aprobó el Congreso de los Diputados por unanimidad el 10 de noviembre de 1998.

Lo nuevo fue incluir en «dicho consenso», «entre otras cuestiones» y «basado siempre en el objetivo de la reinserción», el «contemplar» el «acercamiento progresivo de los penados, siempre y cuando favorezca esa reinserción». El presidente del PP y socio prioritario de Patxi López, Antonio Basagoiti, anotó el punto en su cuaderno y lo remarcó con hasta cuatro recuadros concéntricos, aunque después, en su discurso, no hizo sangre con ello. Aclaró, eso sí, que no estaba de acuerdo e insistió en que «es ETA quien se tiene que mover».

Legalizar lo legal

La novena base del decálogo del lehendakari es que «todas las sensibilidades políticas que aceptan el sistema democrático y asumen el cumplimiento de la legalidad deben tener un reconocimiento legal».

Luego, en el turno de los grupos, no faltaron quienes le recordaron a Patxi López que tanto lo referido a la política penitenciaria como lo relativo a la legalización de partidos está en manos del Gobierno del PSOE.

Aintzane Ezenarro, portavoz de Aralar, dejó claro que «el acercamiento es un derecho». Juanjo Agirrezabala, parlamentario de EA, le pidió que «tome la iniciativa. Que como lehendakari lidere dentro del socialismo español todas las medidas y actuaciones que puedan contribuir a la paz y a la normalización. Vaya usted a Madrid, a donde sea, y defiende lo que ha defendido aquí, que la sociedad vasca no quiere ilegalizaciones, ni políticas penitenciarias vengativas... Y colabore con el Grupo Internacional de Contacto y verifique el alto el fuego de ETA... En definitiva, sea usted lehendakari», le reclamó.

Por si realmente Patxi López tuviera la tentación de ir con sus peticiones a Madrid, la responsable de la campaña electoral del PSOE, Elena Valenciano, aseguró que en su partido «se escucha con mucha atención» lo que dice el Ejecutivo de Lakua y, «en particular», el lehendakari, pero recordó que la política penitenciaria «es tarea» del Gobierno español.

Quizá por eso, Mikel Arana, de EB, negó «credibilidad» a López en materia de pacificación y convivencia, y le reprochó que «dispare con pólvora de rey», porque «los dos únicos elementos novedosos de su discurso, el acercamiento de los presos y la legalización de todos los proyectos políticos», no están en sus manos.

Egibar: «Llega tarde»

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, declaró el mediodía ante los medios que el lehendakari «llega tarde, le superan los acontecimientos», porque «ya hace dos años, cuando tuvo inicio este denominado proceso unilateral de la izquierda abertzale, justo podía adivinar qué es lo que podía estar sucediendo y hoy se sitúa como observador, con una especie de decálogo de principios, donde incorpora un nuevo derecho de los vascos, que es el derecho a la convivencia».

Después, desde la tribuna, dijo que no quería entrar «en el juego» de López sobre los presos y le acusó de hacer «escapismo» en materia de paz y normalización.

Joseba Egibar dedicó una parte de su discurso a dirigirse a la izquierda abertzale -como lo hizo también la portavoz de Aralar, Aintzane Ezenarro- y exigirle que haga un «repaso crítico y sincero» de su historia porque «tiene que recuperar otros valores y otras actitudes».

Patxi López le preguntó luego si no era hacer «escapismo» el dedicarse desde la tribuna a interpelar a la izquierda abertzale que no está presente en la Cámara. Una actitud de los jeltzales que el lehendakari atribuyó a la pugna que en las últimas fechas mantiene el PNV con la coalición independentista que se ha consolidado a su izquierda.

Un plan sin plan

Resulta llamativo que con lo que se había venido hablando del plan, propuesta o iniciativa de paz que el lehendakari iba a presentar en el Pleno de Política General de ayer, al final Patxi López apenas llevara un par de concreciones a la Cámara: la organización en 2012 del «Año internacional de la Paz, las Libertades y las Culturas», y el impulso del Instituto de la Memoria y la Tolerancia. Nada más.

Porque el resto, incluido su decálogo de «bases para la unidad, la concordia y la convivencia», no tiene ninguna concreción práctica. Se trata de una propuesta del lehendakari al resto de partidos, pero sin el planteamiento de ningún foro o calendario para buscar su posterior debate y materialización. Algo etéreo. Quizá poesía, como la de Xabier Lete, convertido ayer en punto de unión entre Patxi López y Joseba Egibar.

casi dos horas

Patxi López se extendió durante casi dos horas en exponer los logros y actuaciones de su Gobierno y en definir necesidades y líneas de actuación para el futuro. Muchos parlamentarios leían mientras tanto los resúmenes de prensa.

REAcciones:

La izquierda abertzale valora lo dicho pero pide pasos del PSOE

En una valoración de urgencia, al poco de finalizar el discurso del lehendakari, la izquierda abertzale hizo pública una nota en la que apunta que lo dicho por Patxi López sobre presos y legalización es «un paso en la buena dirección, pero a todas luces insuficiente» con respecto a lo que la sociedad vasca demanda.

Recuerda que «los presos y presas políticas tienen que tener todos sus derechos reconocidos y respetados». Y sostiene que «la desactivación de la criminal política penitenciaria que se aplica al Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos ha de ser inmediata e incondicional». También le recordaba que «Sortu, pese a cumplir todos los requerimientos exigidos por la ley, no es legal debido a una decisión política del Gobierno del PSOE, partido al que el lehendakari pertenece».

La izquierda abertzale concluye que «es urgente e indispensable dar pasos en estos dos ámbitos: política penitenciaria y legalización y derechos civiles y políticos; para así poder avanzar en el proceso de normalización política y democrática y en la construcción de un escenario sin vulneración de ningún derecho».

También Bildu consideró positivas las palabras del lehendakari, pero se preguntó si «se quedan en un mero titular o se materializan de alguna manera», porque la coalición abertzale le recordó a Patxi López que la posibilidad de dar esos pasos «ha estado y aún está en manos de su partido, el PSOE» y del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

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Aintzane Ezenarro cerró su discurso con un duro ataque a la izquierda abertzale, formación excluida de la Cámara y que se presentará en coalición con Aralar a las próximas elecciones a pesar de su oposición.

Martin garitano

El diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, estuvo presente en la sesión de la mañana, como los diputados generales de Araba y Bizkaia. Fue a él a quien más persiguieron los fotógrafos y cámaras de televisión.

El director de la Policía ve «un paso adelante» en la iniciativa de EPPK

El director general de la Policía española y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, considera «un paso adelante» la adhesión del Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos (EPPK) al Acuerdo de Gernika. Destacó que esto no imposibilita un retroceso en «el proceso» y que las Fuerzas de Seguridad del Estado seguirán «alerta», al tiempo que puntualizó que «si se compara la situación actual con la de hace cinco años, es sustancialmente distinta». Estas declaraciones a la Cadena Ser fueron difundidas por Europa Press.

«Son pasos adelante y son de carácter positivo hacia la paz», asumió Velázquez, pero insistió en que eso no quiere decir que la Policía o la Guardia Civil vayan a relajar su actividad: «Continúan trabajando en la detención y verificación de los etarras para proceder a su detención».

Preguntado por el robo de unas doscientas matrículas que tuvo lugar en Pau el 5 de setiembre, confirmó las palabras del ministro de Interior, Antonio Camacho, al afirmar que, en principio y según se desprende de las investigaciones de la Policía francesa, dicho robo se corresponde con la actividad de «delincuentes comunes» y no se atribuye a ETA.

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide también hizo referencia ayer a la adhesión de EPPK al Acuerdo de Gernika, al manifestar que supone «un paso importantísimo», que «tendrá su desarrollo» y que demuestra que es un «agente político» que quiere «ejercer su derecho a intervenir como colectivo para construir un escenario de paz y de soluciones democráticas». GARA

Matute resalta que la Comisión de Verificación «se ha puesto a trabajar»

La presentación pública de la Comisión Internacional de Verificación (CIV) del alto el fuego, que tuvo lugar el miércoles en Bilbo, tuvo un notable eco en la mayoría de los medios escritos vascos y españoles, si bien los segundos no lo destacaron especialmente en sus primeras páginas. Y también fue objeto de buena parte de las tertulias políticas tanto durante la mañana de ayer como en la noche anterior.

Entrevistado por Infozazpi Irratia, el portavoz de Alternatiba, Oskar Matute, comentó que, en su opinión, «lo realmente importante es que si ese grupo se pone a trabajar es porque existen condiciones» y añadió que «esas condiciones significan, de una u otra manera, que no encuentran obstáculos en las partes afectadas o en las partes aludidas en un proceso de verificación».

También señaló que la activación de esta Comisión significa «un nuevo paso desde la unilateralidad para aceptar la verificación» por parte de ETA y «para seguir profundizando en ese proceso de paz y soluciones democráticas».

Preguntado sobre la posibilidad de que en un periodo de tiempo más o menos breve, el Gobierno español dé alguna señal de su implicación en dicho proceso, Matute declaró que «de aquí al 20 de noviembre, por lo menos en la esfera de lo público, yo creo que va a ser difícil», aunque también apuntó que «la vertiginosidad con la que se mueve todo en Euskal Herria pueda dar para eso, incluso para más».

Con mucho más recelo ha acogido la noticia el PP. Poco antes de comenzar el pleno en el Parlamento de Gasteiz, Arantza Quiroga manifestó a Radio Euskadi que el hecho de que se haya constituido esta Comisión de Verificación responde a que se «busca una contrapartida». Aunque no aclaró a qué se refería, dejó claro su rechazo: «Y ahí es donde el PP y yo misma le digo que no entramos».

La presidenta de la Cámara autonómica indicó que «todos los ciudadanos percibiremos claramente, sin necesidad de verificadores, cuándo ETA lo ha dejado». Y tampoco entró en muchos detalles cuando intentó defender su posición, ya que se limitó a comentar que será «algo tan natural como ha habido otros pronunciamientos de otros grupos que han dicho que abandonaban la violencia», y todos han «percibido con naturalidad» que realmente era así y lo han «creído». GARA

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